Acabo de terminarme NO LOGO de Naomi Klein, un libro que compré hace ya mucho tiempo, pero que hasta la fecha no había tenido tiempo de leer. Estamos hablando de un ensayo de más de 550 páginas, así que no me ha sido fácil encontrar el tiempo necesario para leerlo con tranquilidad.
Klein es una celebridad intelectual del movimiento que podemos denominar altermundialismo o antiglobalización. Para quien quiera información sobre esta economista, periodista e intelectual canadiense se puede consultar su propia web (naomiklein.org) que está llena de información y referencias. Y quien quiera saber algo sobre altermunidalización o antiglobalización las fuentes pueden ser infinitas en internet, pero quizás pueda ser util empezar por rebelión.org.
El libro de Klein carga contra las multinacionales que han optado hace ya algunos años por ser gestoras de marcas y separase de la producción de bienes (lo que se conoce como "marcas si, productos no"), encargando la fabricación a empresas del Sur en las que se explota a los trabajadores.
Klein sostiene que este tipo de empresas, al ser masivamente seguidas por la mayor parte del capitalismo corporativo internacional, han producido fenómenos negativos para la democracia en el Norte y para el desarrollo y los Derechos Humanos en el Sur. Estos fenómenos son principalmente los siguientes:
- la invasión de la publicidad y la consiguiente la anulación del espacio público o comunitario no comercial
- la desaparición de las opciones como consumidores al oligopolizarse casi todos los sectores
- la censura empresarial y la consiguiente pérdida de calidad de la democracia
- la pérdida de empleos con derechos en el Norte que son sustituidos por trabajo semiesclavo en el Sur (que no desarrolla a esos países de manera alguna, frente a lo que pueden defender economistas socialdemócratas, tomando como ejemplo los dragones asiáticos que despegaron en los años 80 del pasado siglo).
En este trabajo (documentar, probar y explicar los fallos de la globalización vamos a llamarla modelo Davos) el libro es extraordinariamente últil y eficaz.
También creo que el libro se defiende bien frente a los economistas socialdemócratas o neokeynesianos (Stiglizt, Sachs, Krugman, etc) que creen que la globalización encierra indudables peligros para los más débiles del planeta (que ellos también critican), pero también oportunidades para los países y las poblaciones del Sur. Desgraciadamente creo que estos días asistimos a un drama humanitario que puede que de la razón en parte a Klein: los tres economistas citados consideran que es posible a través de políticas económicas correctas en el Sur insertar a muchos de estos países en la senda del desarrollo y reducir la pobreza extrema y el hambre; sin embargo, en estos momentos hemos pasado de tener a 1.000 millones de personas pasando hambre a tener a 1.100 millones, como consecuencia de la subida de los precios de los alimentos en el Sur. Parece que la realidad, dura y jodida, le da la razón a Klein.
En lo que creo que el ensayo es más débil es en la teorización sobre el movimiento alterglobalizador y en la propuesta de soluciones o modelos alternativos al actual capitalismo neoliberal.El capitalismo salvaje, sin reglas, sin frenos públicos y globalizado no funciona (funciona para ciertas empresas, pero no funciona para la humanidad ni para el plantea). De acuerdo, eso lo podemos ver todos si prestamos atención a cosas que pasan en el Norte y en el Sur. Pero, ¿cual es la hoja de ruta de la izquierda mundial frente a esta realidad? Esta pregunta no es respondida por este ensayo publicado por la autora en el año 2000. Se habla del Foro Social Mundial. Se explica que más que un movimiento lo que se está creando en un conjunto de movimientos diversos que convergen todos en desear un mundo para las personas y no para las empresas y los mercados. Se habla de participación ciudadana y de iniciativas locales puestas en red a través de internet. Se habla con mucha admiración del Subcomandante Marcos. Pero de alternativas teóricas al turbocapitalismo desregulado no se dice mucho. No hay que culpar a la autora, pues esa es la tarea que tiene por delante la izquierda mundial. Y no es tarea fácil. No sirven maberlouchos de los viejos referentes utópicos del pasado (ya sabemos que fracasaron y también sabemos porque fracasaron). Las soluciones-parche son solo eso. Y el nuevo paradigma político, social y económico está aún por definir. Obviamente si alguien tiene sugerencias de lecturas que sean de interés en relación a la teorización de lo que está por defenderse e implantarse por la izquierda altermundialista, serán muy bienvenidas por mi parte.
Sea como fuere, el libro me ha parecido extraordinariamente interesante. Me alegro de haberlo sacado de un montón y de haberle echado unas cuentas horas al tema.
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