La semana pasada fui a ver la última película de Clint Eastwood BANDERAS DE NUESTROS PADRES.
Yo soy un devoto del Eastwood más biliar (Sin perdón, Un mundo perfecto, Medianoche en el jardín del bien y el mal, Mistic River o Millon dollar baby). Es decir, que al evaluar esta película no parto precisamente desde la imparcialidad. Eastwood me gusta y mucho.
Sin embargo, debo decir que esta película no me ha parecido que esté a la altura de sus mejores cintas. Dicho esto, no quiero con ello decir que esta no sea una magnifica reconstrucción de una batalla de la Segunda Guerra Mundial y una no menos notable denuncia (o al menos desenmascaramiento) del marketing al servicio de la política en tiempos tan tiernos como la primera mitad del siglo pasado. Pero si quiero decir que este metraje no me ha parecido que llegue a las cotas líricas de otras de sus obras.
Por otra parte, me parece que esta película no se puede evaluar de forma completa sin su anverso. Estas "Cartas de nuestros padres" es una de las dos películas que Eastwood dedica a la misma batalla de Iwo Jima. Una de las películas tiene como punto de vista el de los EEUU y la otra, "Cartas desde Iwo Jima", el de los japoneses. Esperaré al estreno de la segunda para juzgar de forma integral este hercúleo trabajo del californiano.
Mientras tanto, la visión de Banderas ... merece la pena.
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