El miércoles de la semana pasada tuve la suerte de poder escuchar a la fadista Mariza en concierto en el Teatro Principal de Vitoria-Gasteiz.

A mi me gusta mucho el fado y Mariza me sedujo hace unos años (en el 2002) con su voz, con su particular forma de ver el fado y con un fado que me taladró el alma llamado Loucura (de su primer disco Fado en Mim). Desde entonces he escuchado de su Fado en Mim, Fado Curvo y Transparente, sus hasta la fecha tres discos.

El miércoles disfruté de su forma profunda y desgarrada de entender el fado, pero también de su espíritu lúdico, de su alegria y de su generosidad en el escenario. Mariza no propugna un fado previsiblemente triste, meláncolico y nacionalista (con perdón, salazarista), sino un fado profundo pero abierto al mundo. Un fado cosmopolita y mestizo, sin por ello abandonar sus raices. Un fado lisboeta del barrio de la Moureria, pero a la vez mozambiqueño y no por ello menos comunitario en el Portugal Estado Miembro de la Unión Europea.

En el concierto hubo espacio para la txalaparta (la tocaron dos amigas personales gasteiztarras de Mariza), para la guitarra portuguesa, para la percusión, para el violin y el contrabajo, para la danza y, por encima de todo, para la voz y la sensibilida de Mariza, una estrella que arriesga, que lo da todo en escena y que solo entiende la música como desborde emocional y el fado como un espacio en el que no cabe la saudade facilona.

A pesar de todo lo anterior y en contra de lo que ella misma dice en sus letras (del fado Recursa; Se ser fadista é ser triste, É ser lágrima prevista ... Então, eu não sou fadista / Si ser fadista es ser triste, si ser fadista es lagrima prevista  ... entonces yo no soy fadista), en el concierto de la pasada semana lloré y además lloré mucho.

Gracias por todo Mariza.

Os dejo el video de uno de sus ultimos fados: MEU FADO MEU