Se ha levantado cierto revuelo en la España política y mediática ante un artículo publicado por el futbolista blaugrana Oleguer Presas sobre el caso De Juana Chaos y el funcionamiento de la justicia y el estado de Derecho en España (o Estado español, ya sabéis, podéis escoger el nombre que os de la gana, que total da lo mismo, dado que es el mismo sitio). Desde mi humilde blog quis¡era hacer algunos comentarios sobre este asunto.

Parece que a muchos aficionados al deporte y aún más a la prensa deportiva les parece raro que un deportista profesional pueda tener ideas políticas y las exprese. Supongo que seguirán pensando que un deportista profesional tiene que ser un millonario, joven, pijo e ignorante. Afortunadamente no todos encajan con esa descripción, aunque muchos de ellos si. Oleguer Presas tiene ideas políticas (que yo sepa es nacionalista catalan y de izquierda alternativa o antisistema) y las expresa cuando quiere. Siempre lo ha hecho, siempre ha tenido problemas y nunca ha dejado de ser el mismo. Estamos hablando de un licenciado universitario (de momento, en económicas) que lee, se asocia e incluso escribe, por lo que creo, como en todos los demás casos, pero quizás en este aún más (por el paso de la oralidad a la escritura), tenemos que respetar la manera en la que él ha decidido usar su derecho constitucional a participar en los asuntos públicos.

Respecto al artículo en cuestión, que se titula De bona fe, cada uno puede tener su opinión. Yo por ejemplo no comparto todo lo escrito en el mismo. Pero lo que no se puede negar es el derecho del Sr. Presas a escribirlo y a difundirlo.

Por cierto, frente a esta escandalera no recuerdo nada parecido cuando Salvador Ballesta, alias Salva, se declaró ferviente nacionalista español, además de enamorado de la milicia. En aquella ocasión nadie dijo ni mu. Se ve que esas manifestaciones políticas, que Salva me temo no puede hacer por escrito, no eran inadecuadas. Al parecer las de Oleguer si.

En fin, España es un estado, país, nación de naciones o lo que os de la gana con una democracia aún un tanto fragil y con un "sistema de señales" como decía el difunto Vazquez Montablan, al que admiramos Oleguer y yo mismo, tadavía o al menos algunas veces, un pelín tardofranquista.

Desde aquí mi solidaridad con el derecho constitucional a expresarse libremente y a participar en los asuntos públicos del ciudadano Presas.


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