Esta semana he asistido en el teatro Euskalduna de Bilbao al ensayo general de la ópera de Gaetano Donizetti ANNA BOLENA, que forma parte de la temporada 2007-2008 de la ABAO.

Donizetti me gusta mucho, aunque no conocía esta concreta ópera. Disfruté mucho, a pesar de lo cansado que estaba después de un día muy duro de trabajo.

Anna Bolena es, sin duda, una ópera bella, muy bella. Si acaso, por el exceso de belcantismo propio de la época, un tanto falta de credibilidad (asesinatos en medio de la corte inglesa narrados sin dramatismo ni fatalidad, todo cantado bella y pausadamente).

Jude Anderson (Anna Bolnea) se reservó sobremanera para el estreno. Del resto del elenco me gustó sobre todo José Bros en su papel de Lord Riccardo Percy.

Sea como fuere, una magnífica ópera, un buen rato de disfrute.

El pasado martes tuve el "placer" de ser torturado por Béla Bartók y Richard Strauss con motivo de la representación de sus operas El castillo de Barba Azul y Elektra en la apertura de la presente temporada de opera de la ABAO.

La verdad es que de donde no hay riqueza y belleza musical nada se puede sacar. Bartok y Strauss se lo han puesto bien dificil a los montadores de estas dos óperas. Claro que los montajes también han sido antológicamente lamentables.

Por resumirlo diré que se trataba de germanos y germanas que chillaban mucho o más aún, careciendo absolutamente de cualquier atisbo de belleza lírica. Una verdadera tortura. Más propio para fans sordos de Tarantino, pues todo estaba regado de sangre y la música brillaba por su ausencia, que para aficionados al bel canto.

La verdad es que el respetable público aguantó estos dos pestiños sin pestañear y casi sin bostezar. Gente muy "culta". Incluso alguna Sra. le decía a otra conocida: "Pues a mi me ha gustado mucho". Yo pensé, pues eso mejor haces que te lo mire un médico.

El teatro Euskalduna es una auténtica gozada. La orquesta dirigida por Juanjo Mena muy notable. El elenco vocal también de altura. Quizás tal marco y grupo humano tan excelso merezcan óperas de verdad. Por ejemplo, italianas.