Al principio estuve lejos del grupo y entre la distancia y mi cansancio escuché un Mozart apagado y aburrido (Divertimento en Re mayor, K.136). El grupo me pareció tecnicamente perfecto, pero frio. Todo parecía tener sordina.
Pero al final de la primera parte del concierto empecé a acercarme a los músicos y todo cambió. Me sacudí el cansancio y el grupo me empezó a sonar como lo que en realidad son: un conjunto de geniales maestros.
Recordaré muchos años la Serenata para cuerdas en do mayor, Op. 48 de Tchaikowsky. Muchos años. Fue magistral.
Me fui a la cama muy cansado, pero extremadamente reconfortado.
(NINGUNO DE LOS DOS VIDEO DE YOUTUBE CORRESPONDEN AL CONCIERTO DE LOS SOLISTAS DE ZAGREB, solo se trata de lo que he encontrado en youtube de estas dos piezas).
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