Ultimamente me hago una pregunta con cierta frecuencia. ¿Porque los poderes fácticos -los que son verdaderamente capaces de crear opinión y conformar las cosas a su voluntad- están lanzando tantos mesajes contra los gastos sociales como si estos fueran a cuasar la ruina colectiva y esos mismos poderes permanecen callados cada vez que con dinero público todos tenemos que pagar las "cagadas" de los mercados?
Me explico. Cada vez que un gobierno (da igual que sea municipal, autonómico o estatal) anuncia una medida social (por muy tímida que sea) que implica derechos y gasto social los voceros de los mercados nos plantan negros nubarrones sobre el horizonte y nos amenazan con todo tipo de crisis económicas, sociales y colectivas.
Por contra, cada vez que un banco la pifia, una gran empresa quiere trasladarse, unos altos directivos meten la mano donde no deben, una agencia independiente de rating dice estupideces, una auditora mira para otro lado, en fin, cada vez que el mercado "falla" todos los contribuyentes nos rascamos los bolsillos para pagar colectivamente los desmanes, imprudencias o impericias de unos pocos, pero muy bien relacionados personajes.
Creo que a todo esto Noam Chomsky lo llama socializar pérdidas y privatizar los beneficios.
Yo no creo que vayamos a ser capaces de dejar de socializar las pérdidas (cada vez que el capitalismo falla el estado, es decir todos, acudimos a su rescate). Pero al menos aspiro a que con los beneficios de la actividad económica podamos financiar derechos y prestaciones sociales.
¿Cuando se van a financiar derechos sociales España si no es ahora? Somos la octava potencia económica del mundo. Tenemos una finanzas públicas saneadas. Crecemos bastante por encima de la media de la UE. Hemos reducido sustancialmente el paro. Ya se que tenemos un montón de problemas macroeconómicos (ladrillismo, mala balanza comercial, dependencia energética, etc). Pero nadie me negará que no ha habido recientemente un momento en el que se puedan financiar prestaciones y derechos sociales como el presente.
Por lo tanto me parece obsceno que los poderes fácticos reaccionen virulentamente ante anuncios (electoralistas o no) de pequeñas mejoras en prestaciones sociales (no nos engañemos en España nadie está prometiendo el Estado Social escandinavo), mientras nadie ve mal que a bancos, multinacionales, empresas, directivos y demás se les rescate de los, estos si, multimillonarios desastres con dinero público.
Acabo con una nota que quizás pueda no ser tan evidente: el gasto social es bueno no solo para la dignidad humana sino también para la propia economía. Una sociedad con una buena sanidad, educación, formación profesional, I+D+i, pensiones, asistencia social todas ellas públicas es una sociedad mucho mejor preparada para competir que una sociedad en la que tales bienes y servicios solo o mayoritariamente sean privados y la gente acceda menos a ellos y solo en virtud de su renta.
Refuto Apoyo mi tesis con un ejemplo. Escandinavia tiene la mayor renta per capita del mundo, los estados sociales más desarrollados del planeta y, a la vez, las economías más dinámicas y creativas del orbe.
Por todo ello me escandalizo cuando los poderes fácticos cargan contra dos o tres prestaciones sociales descafeinadas, mientras todos pagamos sus desmanes y no ponemos todos nuestras energías, públicos y privados, al servicio del bienestar de la mayor parte de la población.
Si, ya sé, diréis alguno que soy gilipollas, que acabo de descubrir América, que esto ha sido y será siempre asi. Quizás tengáis razón, pero yo me sigo escandalizando ante tanto cinismo y tanta estulticia.
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