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el conocimiento secreto

  • EL CONOCIMIENTO SECRETO de David Hockney

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    fd7fcb7a74812323f86394834dd37f8f.jpgAcabo de leer EL CONOCIMIENTO SECRETO del pintor David Hockney.

    El libro trata (con bastante éxito) de demostrar con todo tipo de pruebas que hacia el 1430 los pintores flamencos empiezan a utilizar la óptica para calcar los perfiles y contornos claves de sus cuadros y después continuaban pintando de forma ortodoxa (globoculizada según término del autor). Este descubrimiento, aunque se trata de mantener en secreto por los propios artistas (hoy le llamaríamos propiedad industrial, know how o ventaja competitiva), acaba en manos de la escuela italiana unos 50 años después y para principios del siglo XVI es de uso común entre los artistas y artesanos occidentales. Esta tecnología permite dar un salto en la veracidad de las pinturas de muchos de los grandes maestros de la pintura occidental. Empiezan a aparecer cuadros que son casi como fotografías.

    Esta tesis es negada hoy por muchos de los historiadores del arte, pero Hockney, pintor de profesión, es capaz de aportar cientos de cuadros que prueban la existencia de óptica en la pintura de los siglos XV a XIX. Las pruebas son multiples y dificilmente refutables: inexistencia de dibujos o bocetos en muchos grandes artistas-retratistas de la época, la existencia de varios puntos de fuga en muchos cuadros, los innegables multiples puntos de vista que tienen su explicación en la técnica del collage, dada la escasa profundidad de campo de las lentes de la época, las distorsiones como consecuencia de los enfoques de las lentes del momento, los documentos que hablan de la existencia de lentes y cámaras oscuras, etc).

    El uso de estas técnicas que permiten gran realismo "fotográfico" solo se deja de lado cuando la fotografía y el cine, a finales del XIX y principios del XX, ya se encargan del trabajo de registrar la realidad. En ese momento los pintores empiezan a caminar por otras sendas, no realistas, y buscan captar las emociones y no tanto la realidad. Parece ser que Miguel Angel, Rubens y Rembrant, aún conociendo las lentes y cámaras oscuras, se negaron a utilizarlas, pues ellos también aspiraban avant la lettre a no "fotografiar" la realidad, sino a interpretarla, a mostrar las emociones humanas a través de la pintura.

    Su editorial (Destino) dice de este libro: "A comienzos del s. XV, con la Inquisición en su apogeo, una serie de artistas en el norte de Europa comenzaron a usar instrumentos "prohibidos"; para ayudarse en su labor pictórica. Más tarde esas técnicas pasaron a Italia y fue extendiéndose su uso. A ellas debemos el preciosismo de Vermeer, los retratos de Rembrandt o las composiciones de Caravaggio entre otras. Con tres partes, visual, documental y epistolar, otro artista nos desvela un secreto muy bien guardado por las propias obras de arte. El conocimiento secreto no trata sólo de las écnicas perdidas de los grandes maestros. También trata del presente y del futuro. Nos habla de cómo vemos, arreglamos y construimos imágenes hoy en día en una época de manipulación informática. A través de una búsqueda constante, cuestionando las ideas y la práctica heredadas, y sin dar nada por supuesto, Hockney nos abre los ojos y nos hace ser conscientes de la manera en que percibimos y nos representamos el mundo. El conocimiento secreto aporta una privilegiada reflexión sobre la historia del arte por parte de un artista excepcionalmente prolífico y original".

    Y este es precisamente uno de los mayores logros de este libro: no solo mira al pasado, también mira al futuro. Hoy no hace falta pintar la realidad de forma fotográfica como en el siglo XV, pero tampoco nos podemos fiar de las imagenes fotográficas o de video, como consecuencia de la manipulación por ordenador. Lo que vemos fotografiado o filmado no es el reflejo cierto de algo que tuvo lugar de forma real como ocurría en el siglo XX. Hoy el artista vuelve a meter la mano en la imagen producida por medios tecnológico, un poco al estilo de lo que sucedió en el siglo XV con los calcadores-pintores. Hoy los manipuladores informáticos de la imagen digital vuelven a estar en un punto parecido al de los pintores flamencos de principios del siglo XV.

    David Hockney entiende que veremos muchas e interesantes cosas en el futuro.

    Yo me limito a constatar que su libro es interesante, ameno y extraordinariamente revelador y enriquecedor.

     

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