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el viajero del siglo

  • EL VIAJERO DEL SIGLO de Andrés Neuman

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    Hace ya algún tiempo leí EL VIAJERO DEL SIGLO de Andrés Neuman.

    De esta novel dice su editorial Alfaguara:

    "Un viajero enigmático. Una ciudad en forma de laberinto de la que parece imposible salir. Cuando el viajero está a punto de marcharse, un insólito personaje lo detiene, cambiando para siempre su destino. Lo demás será amor y literatura: un amor memorable, que agitará por igual camas y libros; y un mundo imaginario que condensará, a pequeña escala, los conflictos de la Europa moderna.

    El viajero del siglo nos propone un ambicioso experimento literario: leer el siglo XIX con la mirada del XXI. Un diálogo entre la gran novela clásica y las narrativas de vanguardia. Un puente entre la historia y los debates de nuestro presente global: la extranjería, el multiculturalismo y los nacionalismos, la emancipación de la mujer.

    Andrés Neuman despliega un mosaico cultural al servicio de un intenso argumento, pleno de intrigas, humor y personajes emocionantes, con un estilo rompedor que ofrece a estas cuestiones un sorprendente cauce".

    Ciertamente, Alfaguara no escatima elogios en la presentación del libro de este joven autor andaluz de origen argentino o argentino replantado en Granada (supongo que es una u otra cosa en función de a que lado del charco le toca estar).

    Si a todo esto le sumamos que Roberto Bolaño (mito ya de las letras hispanas y mundiales y que a mi me sedujo con su obra Los detectives salvajes) dijo de Neuman antes de morir que «Tocado por la gracia. La literatura del siglo XXI pertenecerá a Neuman y a unos pocos de sus hermanos de sangre

    Pues bien, no diré que Alfaguara y Bolaño se quedan cortos, pero di diré que Neuman y su Viajero del siglo es de lo mejorcito que leído en mucho, mucho, pero que mucho tiempo.

    La novela narra la historia de Hans, un joven traductor que vaga por media Europa a finales del XIX traduciendo, viviendo, reflexionando, encontrando gente, conociendo lugares y costumbres y, en última instancia, enamorándose. Esta trama, y la incapacidad del protagonista para abandonar cierta ciudad alemana siempre mutante, le permiten a Neuman tocar casi todos los debates intelectuales europeos del siglo XIX y, de forma elegantemente indirecta, muchos de los temas socio-políticos del siglo XXI. Por el libro desfilan una larga galería de personajes memorables, extraordinariamente bien caracterizados, maravillosamente humanos a pesar de su innegable carácter literario. Hay espacio en esta novela para muchos ejercicios de estilo: novela del siglo XIX con una técnica narrativa de vanguardia del siglo XXI, trama de suspense, trazas de novela social, celebración de la naturaleza, reflexiones sobre la naturaleza humana, novela fantástica ... todo ello perfectamente hilvanado con la deslumbrante (a pesar de su aparente sencillez) prosa de Neuman.

    Neuman lo tiene todo para que mucha gente le odie en España: es joven, tiene un talento desbordante, tiene éxito y en todas sus apariciones públicas da la sensación de ser muy feliz. Bien haría Neuman en emular a Santiago Ramón y Cajal e inventarse una dolencia ficticia (cosa que hizo nuestro Nobel para poder lavar su "pecado" de ser feliz en el laboratorio y con su familia), pues en este país hay mucha envidia y solo con desgracias imaginarias se va a poder proteger de los que querrán verle caer.

    Por nuestra parte, bien haríamos los amantes de la buena literatura en leer todo lo que este genio en ciernes produzca para nuestro inmenso placer espiritual y cultural.

    Dejo, por si interesan a alguien, las críticas de este libro publicadas por El País, El Mundo y ABC., así como la web del propio Andrés Neuman.