A mis apuntes de estio mernorquines añado ahora algunas impresiones y comentarios sobre asuntos que están en los medios en estos días finales del verano del 2009.
Me llama la atención la similitud entre el programa de lucha contra la pobreza y la exclusión social de Lula en Brasil conocido como Bolsa Familia y el enfoque aparentemente modesto y micro (cuando no nano) del economista y premio Nobel Muhammad Yunus (el banquero de los pobres). Es una evidencia que lo que se ha estropeado durante décadas o siglos de injusto reparto de la riqueza, el bienestar y el conocimiento no se puede modificar en tres días. Pero no a todo el mundo le parece tan evidente que los grandes cambios sociales y económicos solo pueden ser sostenidos en el tiempo y en el seno de las sociedades si han venido precedidos de millones de pequeños cambios sociales, económicos, culturales, cognoscitivos, etc que por separado parecen anecdócticos, pero que agregados tienen un poderoso efectos multiplicador. Quizás la sociedad y la economía españolas tienen mucho que aprender de los probes (Yunus es bangladeshí) y de los que están en vías de desarrollo (Lula es brasileño). Otra cosa que me viene a la cabeza es que espero que no echemos de menos a Lula cuando deje la presidencia de Brasil, ante la imposibilidad constitucional de volver a presentarse y su intención de no emular a Chaves o Uribe con reformas constitucionales de dificil digestión. Espero que lo que ha empezado a poner en pié el PT no lo tumbe la falta de Lula o la emergencia del Partido Verde de Brasil (no sabemos si restará a sumará fuerzas a la izquierda).
Me ofende un poco que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, un monumento al eufemismo (el rescate de bancos y cajas privados con dinero público, después de décadas escuchando que el mercado es perfecto y lo público un desastre) esté empezando a andar en España sin que nadie le preste ni la más mínima atención. Las polémicas parecen estar en otros capítulos de gasto de la Administración (cobertura de los parados), mucho menos voluminosos, pero parece ser que mucho más discutibles social y económicamente. Salvar bancos y cajas con el dinero de los contribuyentes parece que está fuera de todo debate. Garantizar un mínimo vital a los parados parece ser un problema para una de las diez primeras economías del mundo. Al parecer pensamos que es mejor disponer de un Ingreso Mínimo de Salvamenteo Bancario para bancos y cajas (IMSB, me lo acabo de inventar) que un Ingreso Mínimo de Insercción o Salario Social para parados. En términos de justicia social yo la cosa la tengo muy clara, prefiero ayudar a parados sin ingresos antes que a bancos y cajas. Pero es que en términos económicos tampoco creo que sea muy últil salvar al sistema bancario de sus torpezas y mangancias con dinero público sin establecer ni responsabilidades ni consecuencias. Los parados no quieren quedarse en paro y trataran de evitarlo siempre que puedan. Los bancos y cajas, si no se remedia, van a leer el siguiente mensaje: ganar dinero en épocas de bonanza y pedir el rescate del contribuyente en épocas malas. Económicamente eso será un desastre. Los comportamientos perniciosos no tienen sanción, sino incentivos; por el contrario, los comportamientos virtuosos no tienen incentivo en el mercado, sino sanción.
Leo que España saldrá de la recesion más tarde que la mayor parte de sus socios europeos. No creo que pueda sorprender a nadie. Una economía muy volcada en el ladrillo (¿se acuerdan de Cascos y la legislación del suelo de 1998?), el turismo y el automóvil de gasolina (el eléctrico lo dejamos para chinos, alemanes o norteamericanos), con una fuerte dependencia de la financiación exterior (que ahora tiene sus propias heridas que lamer), con un nivel de formación e innovación de su capital humano por debajo de la excelencia (por decirlo suevemente), bajo nivel en investigación (aunque tengamos buenos investigadores, fundamentalmente en el extranjero), poco exportadora (como nos hemos reido de los alemanes por su dedicación a la producción de bienes, ¡eh!), con irregular presencia en los sectores claves del futuro (biotecnología, nanotecnología, energías renovables, etc) y que ha apostado por los salarios bajos no puede esperar estar a la altura de Alemania, Francia y Escandinavia (que siguen siendo el corazón económico de la UE). Como a Irlanda e Inglaterra, a España, enferma de ladrillos y especulación, le va a costar salir de la crisis. Lo que parece mentira es que esto nos sorprenda. Lo que me parece increible es que muchos operadores económicos a lo único que están esperando es a que "resurja" el ladrillo para seguir haciendo segundas residencias, campos de golf y puertos deportivos. Me parece increible, pero así es. País burbujista a la búsqueda de nueva burbuja con la que hacerse trampas al solitario. Eso es lo que a veces parecemos. Espero que los cánticos a favor de un nuevo modelo económico para España no se queden en meras palabras y de la crisis salgamos reforzados. Lo espero, lo deseo, pero no hay demasiados datos para avalarlo.
Leo que la FSA (Financial Service Authority) proponer en el Reino Unido una tasa Tobin (impuesto a las operaciones financieras) para los bancos y entidades financieras. El razonamiento de Lord Adair Turner (insisto "Lord", no un peligroso agitador melenudo de izquierda radical) es impecable: el peso de lo financiero en la economía es excesivo, ello ha estado en el origen de la crisis y hay que tomar medidas serias y estructurales para evitar que se vuelva a producir lo mismo en el futuro. La cosa en España ha pasado sin pena ni gloria. No se ha debatido mucho sobre ello. Y sobre todo, nadie ha sacado lecciones domésticas. Si otros proponen impuestos para su talon de Aquiles económico (lo financiero), ¿no sería bueno pensar en una fiscalidad limitadora o penalizadora de nuestro propio talón de Aquiles económico (los ladrillos)? Nada de nada. Aqui todavía estamos debatiendo si eliminamos los incentivos fiscales al ladrillo, como para hablar de penalizaciones. Ayudaría que algún conde español que tuviera altas resposabilidades públicas (como Lord Adiar Turner en el Reino Unido) lo dijera. Pero de momento en España solo se puede leer en lugares como rebelion.org que con ese nombre no inspira la misma respetabilidad que un aristócrata y gestor público. ¿Que le vamos a hacer?
Después de que los ministros Jose Blanco y Elena Salgado hayan jugado con todos nosotros un poco al deporte político estival por excelencia (los globos sonda), ZP nos dice que la subida de impuestos será limitada, temporal, solo afectará a las rentas de capital y no tocará los tipos del IRPF, todo ello para poder atender a los parados con los mayores ingresos (que supongo que también serán temporales y limitados). Y yo me pregunto ¿no será mucho más cierto que vamos a subir los impuestos un poquito y durante un ratito para sufragar las ayudas públicas a bancos, cajas y macroempresas en momentos de crisis antes que para atender a los parados sin ingresos? Pongo dos magnitudes encima de la mesa para que nos entendamos. Cada mes que se amplien los 420 euros para los parados sin ingresos el Estado incurre en un gasto de 100 millones de euros. El plan de ayudas públicas a bancos y cajas puede superar los 150.000 millones de euros. A la vista de lo anterior, y sin dejar de reconocer que el gasto público en los últimos meses no solo está apuntalando a bancos y cajas (plan E de más de 8.000 de euros, plan de modernización de la economía española de más de 3.000 millones, ayudas a la compra de coches, etc) ¿para que y para quien estamos subiendo los impuestos? ¿Para atender a los parados o para atender a bancos y cajas? Ustedes mismos.
En otro orden de cosas, aunque dentro del mismo tema, llama la atención la falta de profundidad del debate fiscal en España. Se debate sobre si subir o no los impuestos a las rentas del capital, el supuesto Armagedon que ello implica (al parecer en una economía globalizada si se suben los impuesto el capital corre despavorido fuera del país, cosa que, sin embargo, no ha ocurrido ni en Alemania ni en el Reino Unido, lugares en los que se han subido los impuestos para atajar la crisis) y poco más. Para mi el debate está más bien en hasta donde se quiere subir la presión fiscal (si es que se quiere subir). España tiene una presión fiscal del entorno del 30% del PIB frente al 40% de media de la UE. Y una vez que se despeje esta incognita (PSOE, PP, CIU, PNV y ERC se oponen a subir la presión fiscal en España), lo que debemos debatir es de quien se van a obtener los ingresos públicos. Hoy por hoy los ingresos públicos vienen fundamentalmente del currito con nómina (IRPF) y del IVA y los impuestos especiales (el consumo). Las rentas de capital (provistas de un asesor fiscal normalito) están en España bastante desfiscalizadas. Y si una sociedad (o individuo camuflado) supera los 2.5 millones de euros anuales, directamente desfiscalizadas (las sicav tributan al 1%). Por otra parte, nadie habla de recuperar los impuestos sobre el Patrimonio o las Sucesiones y Donaciones, prácticamente desaparecidos en España. Vamos que echo en falta que se debata sobre cuanto tiene que ser el ingreso público en relación al PIB y de quien se tiene que obtener. Yo aporto mis opciones (algo heterodoxas). Yo aumentaría gradualmente la presión fiscal (incluyendo la Seguridad Sosicla) hasta el 50% del PIB. Contendría el Impuesto de Sociedades y las cotizaciones de la Seguridad Social a niveles centroeuropeos o nórdicos, le daría un buen empujón al IRPF, cargando sobre las rentas altas (sin que puedan hacer trampas y camuflarse como sociedades y otras artimañas) y moderaría el IVA y los impuestos especiales, con la excepción de los vinculados a la ecología y la salud. Es una opción manifiestamente sueca, pero la hago mía.
Me impresiona el artículo de Yukio Hatoyama, el nuevo premier japones, "La llave de la fraternidad" publicado en la prensa occidental el pasado dos de septiembre. El nuevo presidente de uno de los países más turbocapitalistas del orbe dice en el arranque de su artículo lo siguiente "Durante los años posteriores al fin de la guerra fría, Japón ha sorteado los vientos del fundamentalismo del mercado que ha liderado Estados Unidos y que se conoce usualmente como globalización. Aunque en ésta defiende que la libertad es el más alto de todos los valores, el capitalismo fundamentalista ha tratado a la gente no como un fin sino como un medio. Con lo que se ha perdido la dignidad humana. La reciente crisis financiera, sin embargo, nos ha obligado a enfrentarnos a la realidad. ¿Cómo podemos acabar con el fundamentalismo de mercado y con el capitalismo financiero, que carecen de consideraciones morales, para proteger las finanzas y la forma de vida de nuestros ciudadanos? Ése es el gran desafío del presente". Insisto, cosas como esta no las dice un melenudo radical rojeras, sino el presidente de la segunda potencia económica mundial y uno de los países más conervadores del mundo, Quizás están cambiando algunas cuestiones estructurales (Obama, Lula, Hatoyama, etc) y no nos estamos dando cuenta. Pero no dejo de tener una sensación muy gatopardiana. Ante la evidencia de la derrota del capitalismo desregulado nos aprestamos a modificarlo lo menos posible para conseguir que las cosas sigan sustancialmente como estaban antes (privatización de beneficios y socialización de pérdidas). Puede que me equivoque, pero tengo la sensación de que el reformismo pierde fuelle y que el sistema económico, político y social mundial va a perder una magnífica oportunidad para tratar de cuadrar de mejor manera dignidad humana, desarrollo económico, equilibrio social y respeto al medioambiente. Ojala me equivoque, pero la cosa huele mal.
Y dejo para el final un asunto que me pone de muy mal humor: políticos y medios de comunicación se ponen de acuerdo para generar la mayor alarma social posible sobre la gripe A, cuando los médicos recomiendan calma ante un fenómeno menos dañino que la gripe común y que ha pasado por el verano austral del sur del planeta sin pena ni gloria. Mi impresión es muy clara. Las grandes farmaceúticas mundiales están interesadas en que de vez en cuando se cree pánico en relación a una enfermedad, real o potencial, grave o leve, pero para la que no hay una vacuna ya desarrollada. La gente de la OMS guiados por la prudencia profesional (que no censuro) ponen al planeta casi en cuarentena. Las farmaceúticas ofrecen unas caras vacunas que aún no existen, que están en fase de pruebas, cuya efectividad aún no está probada y que solo se pueden suministrar con cuentagotas. Todo este coctel deviene en un magnífico negocio para las farmaceúticas, un incremento del gasto público y privado en medicamentos, jugosos e irresponsables titulares periodísticos y un rosario de políticos tratando de dar la impresión de que protegen mucho la salud de su población (cuando lo que hacen es atacar su tranquilidad y su bolsillo). Una verdadera pena. Al menos es como así lo veo yo y creo que también casi todos los colegios de médicos de España y los principales blogueros sanitarios españoles. Primero fue la gripe aviar con la que se iba a acabar el mundo. Después la gripe A con la que también acabará el mundo. Y más adelante vendrán otras exageraciones que seguiran incrementando ciertas cuentas de perdidas y ganancias. ¡ Viva el tamiflu ! ¡ Abajo la objetividad científica ! Una pena.
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