Como consecuencia de la hoja de ruta con consulta a la ciudadanía del Lehendakari ya han aparecido las primeras aportaciones del PP y sucursales sobre como atajar esta situación.
Estos días en televisiones y radios he oído las siguientes cosillas:
- suspender la autonomía de Euskadi
- reformar el Código Penal para poder meter en la cárcel a Ibarretxe
- reducir a PP y PSOE los partidos que pueden estar representados en las Cortes Generales, previa modificación de la LOREG (legislación electoral española)
- pedir al Presidente Zapatero que no reciba al Lehendakari en el Palacio de La Moncloa, para que no lo manche
- pedir a PPy PSOE que echen al PNV y ANV de cuantas instituciones puedan, por ejemplo la Diputación Foral de Bizkaia o el Ayuntamiento de Getxo
- tildar todas las consultas de ilegales, ilegítimas y antidemocráticas
- por supuesto, ilegalizar todos los partidos que haya formado, forme o pueda formar Batasuna (y ya puestos, todas los que tengan nombres en euskera, para no dejar pasar nada -la ironía es mía-)
- reafirmar la españolidad de España (¿? ¿hacia falta? ¿es necesario reafirmar la francesidad de Francia?)
Vamos que para, los que como yo, nos sentimos vascos, españoles europeos y federalistas la cosa está bastante chunga.
Han llegado los tiempos de los bandos y las trincheras (dialécticas, aunque algunos añoran la reales) y los que hacemos de puente entre diferentes sensibilidades lo vamos a pasar mal.
¿Que mierda le sucede a España en el corazón, en la cabeza y en el alma para que le den estos peligrosos cortocircuitos de vez en cuando? Y no me digáis que es la existencia de nacionalismo periféricos, pues creo que, además de los centrífugos, los centrípetos también juegan algún papel.
Bueno que sigo siendo europeo, español y vasco, pero que el olor a mierda es indescriptible.
PD: por el cuadro que uso en este post, parece que el tema de la falta de mesura viene de lejos.
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