El domingo pasado asistí en Pamplona a la representación que tuvo lugar en el Teatro Gayarre de la opera de Mozart El rapto del serrallo. No es una de mis operas favoritas de Mozart. Es más, en opera soy verdiano a muerte. Pero disfruté mucho con esta ópera medio cómica interpretada con bastante decencia por un elenco en el que destacaba sobremanera el bajo ruso Dimitry Ivashchenko. Acertada escenografia minimalista. Y ese Mozart que te pone indefectiblemente una sonrisa en la cara aunque tú no lo quieras. Es lo que tiene la música de este genio que parece que componía al dictado de Dios: te envuelve, te transporta y te alegra.
Os dejo el aria más divertia de esta ópera.