La semana pasada di una charla en Elciego (Alava) sobre el proceso de paz en Euskadi y la situación abierta tras el atentado de la T4 en Madrid hace unas semanas.
No voy a entrar en demasiados detalle sobre lo tratado en la conferencia y posterior coloquio, pero si quiero compartir con vostros y vosotras una sensación muy acentuada que tuve en ese acto, que fue refrendada por varios de los asistentes y que me ha acompañado desde ese día hasta hoy. Hay en España varios propagadores del odio que han hecho, hacen y pueden hacer un daño irreparable a la convivencia ciudadana y a la democracia.
La convivencia, como la democracia y otros valores sociales y políticos, es una planta delicada que debe ser regada, podada y cuidada por todos con mimo. Desgraciadamente en España y dentro de ella también en Euskadi hay mucha gente, en realidad demasiada, dispuesta a exacerbar lo que nos diferencia, a azuzar los peores instintos, a instrumentalizarlo todo con fines partidistas o incluso personales, a no reconocer las miserias propias, a no ver las virtudes ajenas y, en definitiva, a fomentar el odio.
La mirada y los puños, en tensión total, de este seguidor de Batasuna (que recuerdo iba a recibir al un hospital de Donosti a De Juana Chaos, en teoría un evento gozoso para él) expresa gráficamente algo de lo que estoy hablando. La izquierda abertzale, o al menos buena parte de ella, ha invertido durante décadas muchos esfuerzos en una cierta pedagogía del odio y el resultado es gente infeliz que odia y está incapacitada, o al menos muy limitada, para la convivencia pacífica en el seno de una sociedad no solo pluralista, sino fuertemente diversa, compleja, dinámica y globalizada como es la vasca o española. No será fácil que la izquierda abertzale revierta este proceso, pues cuando se deshumaniza al rival político (como hizo por ejemplo el nazismo con los judios) es muy díficil volver a la senda de los DDHH, la democracia y la convivencia. No digo que sea imposible, solo digo que es muy dificil. Tampoco digo que toda la izquierda abertzale sea como el caballero que se ve en la foto. Pero está claro que la inversión en odio de unos cuantos durante muchos años va a traer efectos negativos para Euskadi y España durante muchos años.
Por otra parte, en el vamos a llamarlo bando contrario, es decir en el seno del nacionalismo español radical y excluyente hay gente que lleva años emponzoñándolo todo y llamando diariamente al odio. El insulto, la descalificación, la calumnia, la injuria y la llamada al odio diarios al ser escuchados en la emisora de la conferencia episcopal, como ciudadano de izquierdas y cristiano, me producen una repugnancia sin límite. No busco ninguna equidistancia ni neutralidad. No digo que la siembra de odio de la COPE y el PP sea igual, equivalente o equiparable a la de ETA o Batasuna. No, en modo alguno. Pero si digo que no son los miembros de la izquierda abertzale los únicos embarcados en la idea de odiar, hacer odiar y expandir el odio. Tambén sé que los medios de la gente de ETA no son, al menos desde 1978 hasta la fecha, parangonables con los usados por la COPE y el PP (de lo hecho por los predecesores de estos entre 1936 y 1978 no diré aqui nada). Los primeros son violentos y los segundos no. Pero lo que no nos puede caber la menor duda es que hay gente interesada en la violencia y en la polarización social y política.
¿Y que podemos hacer los que ni odiamos ni queremos odiar? No es fácil, pero creo que las personas que estamos en esa situación y que somos la inmensa mayoría de vascos y españoles, lo que tenemos que hacer es fortalecer la convivencia cívica. ¿Como se hace eso? No tengo la receta mágica. Pero si creo que se pueden sugerir algunas cosas. Y paso a listarlas:
- pedirle a ETA que se disuelva de una ... vez
- hablar todos, de todo, sin exclusiones, sin tabues, sin precondiciones
- pedirle a la COPE, PP y afines que bajen el pistón y que no sigan cebando la bomba del odio ciudadano
- pedirle a Batasuna que se emancipe de ETA ya, hoy mejor que mañana
- asegurarle a ETA que no va a modificar ni una coma de nuestro ordenamiento jurídico y/o marco político por el hecho de "acceder" a dejar la violencia; no habrá ningún cambio político que no sea el querido por la ciudadanía y ETA no tiene papel político alguno que jugar
- pedirle al conjunto de partidos políticos españoles y vascos que acepten que Euskadi será política y jurídicamente aquello que la ciudadanía vasca decida; ni más ni menos; a esto podemos llamarlo como queramos, aunque yo creo que se llama democracia
- sería magnífico que partidos, sindicatos, otros agentes sociales, medios de comunicación y la ciudadanía en general invirtieramos en convivencia, en concordia, en exaltación de lo que nos une y hace pares en vez de exacerbar la tensión, la diferencia y la crispación.
No os aburro, pero como ya he comentado en posts anteriores, creo que nos hace falta invertir muchos en tres cosas:
1.- ASUMIR EL PRINCIPIO DE REALIDAD que entre otras cosas implica que no es posible el sueño totalitario y quimérico de vivir en una sociedad en la que todo el mundo piense como yo. Esto no lo van a poder conseguir ni los del PP/COPE ni los de Batasuna/ETA.
2.- ACABAR CON EL MIEDO A LA LIBERTAD que entre otras cosas debe posibilitar que Euskadi y España seamos lo que queremos los ciudadanos, que no es lo que defiende Batasuna (que está en franca minoría en Euskadi, Navarra y Francia), pero que puede llegar a ser lo que teme el PP 8si así lo decide la ciudadanía.
3.- CREAR IMAGINARIOS COMUNES imprescindibles para la convivencia en democracia
Con todos estos mimbres quizás podamos hacer frente a los propagadores de odios y llevar adelante una Euskadi y una España plurales, ricas, vivas, complejas, disfrutables, vivibles ...
En fin, no os aburro más, pero las burradas que se están diciendo estos días con motivo del tema De Juana Chaos y la charla de la semana pasada en Elciego me han traido todas estas reflexiones y quería compartirlas con vosotros y vosotras.
¡Ah! Por cierto, una última cosa. En todo esto de crear imaginarios comunes, convivencia y democracia creo que los federalistas tenemos una especial responsabilidad, pues creemos que lo complejo se puede gobernar desde la gestión compartida de lo común y la gestión propia de lo específico o próximo, siendo lo común mucho más de lo que a veces pensamos y desde luego mucho más que lo específico o próximo.
Perdón por la chapa, pero necesitaba escribirlo.
Como siempre, los comentarios y reflexiones son bienvenidos.
(la foto del simpatizante de Batasuna es de AP para el diario El País)
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Comentarios
vaya Javier, siempre tan acertado.
veo que no paras.
comparto mucho de lo que dices.
particularmente siento hartazgo de que determinadas cosas inunden el "discurso", - que coñazo¡ - y no se hablen de otras mas importantes para los ciudadanos.
el sarpullido de odio que nos invade se retroalimenta exponencialmente y de forma directamente proporcional al teórico distanciamiento de los extremos: cuanto mas batasunos y chaos, mas ppecoperos son...askito, askito..que expropia e impide el debate ciudadano sobre lo entre la gran mayoria aportamos a la sociedad.
AGUR.
Bienvenido a este blog Alberto. Considerate en tu casa. Coincido con el hartazgo y asco que muestras ante el monotema.