Acabo de terminar Fordlandia, del economista, embajador y escritor argentino Eduardo Sguiglia.
El libro narra, con la libertad que da la ficción novelada, un intento de Herry Ford de "saltarse" los proveedores británicos de caucho asiático de principios de siglo a través de una explotación colosal en Brasil, a mayor gloria de los neumáticos de los coches Ford. A aquella plantación la llamaron Fordlandia pues, de hecho, existió.
No desvelaré la trama, por si alguien se anima a su lectura, pero si puedo decir que el libro es una interesante descripción del tardocolonialismo occidental, trufada de ambivalencia moral y de una narrativa que te entra por todos los poros. Tal es así, que en algunos momentos parece literatura menor. Sin embargo, hace dos días que acabé el libro y aún retengo aromas en el cerebro y el alma.
Fordlandia es una novela bella y un poco nihilista que os recomiendo en el caso de que os vayan los viajes, las aventuras, le geopolítica y los buenos que son malos o viceversa (es decir, los seres humanos casi en su totalidad).
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