El nuevo presidente de la CEOE, el Sr. Gerardo Díaz Ferrán, ha dicho en su toma de posesión que la mejor empresa pública es la que no existe. Entiende el máximo mandatario de los empresarios que lo que hay que hacer con todas las empresas públicas es privatizarlas.
Se puedes decir muchas cosas de este caballero (por ejemplo, que sostiene un discurso contrario a la Constitución de 1978 que consagra, inter alia, la intervención del Estado en la economía, la existencia de servicios públicos y la obligación de los poderes públicos de atacar las causas de las desigualdades sociales y removerlas), pero lo que no se puede afirmar es que no sea claro. El nuevo patrón de patrones quiere que los ciudadanos, en vez de recibir servicios públicos por el hecho de ser ciudadanos (y con más intensidad los ciudadanos más necesitados de tutela), adquiramos productos y servicios en virtud de nuestra renta y capacidad de compra (logicamente menos bienes y servicios los que tengan menos dinero). Así que ya sabéis, si este caballero tiene exito la educación, sanidad, vivienda, transporte, servicios sociales ... públicos, dejarán de serlo y pasará como en EEUU que si no tienes dinero te echan de los hospitales para que mueras fuera de los mismos.
PD: advierto al lector tendente al labelling (poner etiquetas) que, a pesar de militar en Ezker Batua Berdeak e IU, no tengo mala opinión, en principio, de los empresarios; que los considero, al menos a muchos de ellos, una fuerza al servicio de la riqueza, el valor añadido, los nuevos proyectos y la innovación; pero que defiendo, además de un campo para la empresa privada, un gran campo para los servicios públicos que son los que garantizan la dignidad de las personas y también el dinamismo de las economía más eficientes del mundo (las escandinavas, que tienen empresarios privados modernos y, ¡oh sorpresa!, servicios públicos abundantes y poderosos, además de altos impuestos, que tiran de la educación, la sanidad, la vivienda, el I+D+i, los transportes, la energía, los servicios sociales, las nuevas tecnologías y todas esas cosas que cuando se las dejas solo al mercado producen ineficiencia, pues atienden a las personas con poder de compra, en vez de a toda la sociedad).
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Comentarios
Kaixo, Leolo,
a pesar de no militar ni en EB-IU ni en ningún otro partido, y a pesar también de mi simpatía y adhesión hacia la mayor parte de tus comentarios, discrepo de lleno en esta ocasión: los servicios públicos no garantizan ni la dignidad de las personas, ni el dinamismo de las economías más eficientes del mundo. La primera afirmación viene cargada de un claro determinismo económico, y como bien sabemos a estas alturas de la peli, es ciertamente falaz; la segunda viene cargada de la típica falacia de la causalidad: las economías escandinavas, con servicios públicos abundantes y poderosos, basados en altos impuestos, son las más eficientes; Alemania, donde los costes salarios son más elevados, es la economía más competitiva, etc, etc.
Saludos.
P.D.: sobre estos determinismos recomendaría "La obsoleta mentalidad de mercado" (está en la red) de Karl Polanyi y, más recientemente, “El respeto. Sobre la dignidad del hombre en un mundo de desigualdad” de Richard Sennet (Anagrama). Sobre las críticas a la mitología de la eficiencia (tanto a la dominante como la minoritaria) “Competitividad: una obsesión peligrosa” de Paul Krugman.
Baldini, gracias por la bibliografía, gracias también por tu opinión. Sin perjuicio de seguir pensado y leyendo sobre la materia, sigo considerando que los servicios públicos fuertes pueden producir sociedades más justas y economías altamente eficientes y eficaces. Lamento ser tan old fashioned, pero así están las cosas en mi cabeza.
Aprovecho la ocasión para hacer, como tú, recomendaciones bibliográficas: BIENESTAR INSUFICIENTE, DEMOCRACIA INCOMPLETA de Vicens Navarro, Anagrama, 2002.
Kaixo, Leolo,
pues ya somos dos los "old fashioned".
Yo también pienso que los servicios públicos fuertes pueden producir sociedades más justas y economías eficientes y eficaces. Pero también pienso que no siempre las producen; he ahí el quid de la cuestión.
Saludos
Baldini
P.D.: me gusta Vicenç Navarro, en especial "Neoliberalismo y Estado del Bienestar" (Ariel, 2000). No conocía la referencia que citas. Gracias.