Hoy hace una semana que cesé como Viceconsejero de Vivienda del Gobierno Vasco. El paso, de nuevo, a la "vida civil" me está sentando muy bien.
Creo que estoy poniendo rápidamente distancia entre mi persona y las 50.000 que solicitan una vivienda en alquiler a Etxebide, las 450 personas que trabajan para la Viceconsejería de Vivienda del Gobierno vasco o los 630 millones de euros del contribuyente que hay que gastar responsablemente todos los años.
Lo dicho, disfruntando de la "descompresión".
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