Os hablo de un viaje que no he hecho, pero que espero hacer alguna vez antes de morirme. Resulta que hay un pueblo en Gales, Hay-On-Wye que tiene 1.900 habitantes y 30 librerias. Aqui es verdad que tenemos muchos pueblos de ese tamaño con 30 bares o más aún. Pero no podemos presumir de tanto bosque talado, ecuadernado, impreso y puesto en estanterias listo para su venta en ninguno de nuestros pueblos y ciudades. Yo siempre soñé que, como con los bares y farmacias, algún día hubiese una normativa que obligara a guardar una distancia mínima entre libreria y libreria. La verdad es que vamos en la dirección opuesta. Por eso es reconfortante saber que hay un pueblo en occidente que se caracteriza por ser el paraiso de los bibliófilos (una enfermdad en retirada o que al menos está mutando). Además los de Hay-On-Wye organizan un festival que reune a 80.000 afectados por esta enfermedad en 10 días. Y como la idea ha tenido éxito, han extendido su actividad festivalera a otras ciudades. Y una de ellas es Segovia. Lo dicho, que espero no morir si ir a este festival en el reino de Hay-On-Wye (totalmente de coña, el municipio se declaró reino independiente EN 1977 y se autoproclamó rey el principal librero, Richard George William Pitt Booth).