La semana pasada tuve el placer de ir a escuchar El Mesias de Handel al Teatro Principal de Vitoria-Gasteiz.
La verdad es que este oratorio de Handel a mi siempre me ha gustado mucho (me gusta la música barroca en general) y en esta ocasión también lo disfruté mucho. El coro era genial (Choir of new collage, Oxford), la orquesta es probablemente (solo probablemente) la mejor orquesta barroca del mundo (Academy of Ancient Music) y los solistas estuvieron muy bien.
Sin embargo, como a todo hay que ponerle pegas, la orquesta no estaba dimensionada para la pieza. Es bonito que se toque la música barroca con los instrumentos de la época, como era el caso, pero tambien es necesario que la orquesta esté dimensionada para el reto. Y en este caso, El Mesias exige una orquesta con trapio, con metal, con mucha cuerda y mucho viento.
Tambien es necesario que el teatro tenga unas dimensiones que acompañen. Y en este caso había poco teatro, poca orquesta (en número de maestros, no en calidad de los mismos) y mucha pieza musical. El resultado: los pasajes del oratorio que descansaban en lo coral fueron sublimes y los que implicaban orquesta y coro a todo trapo resultaron algo descompensados, con la percusión tapando todo y con algo de ruido.
Sea como fuere, un concierto genial, muy navideño (El Mesias no deja de ser un "villancico") y extremadamente British.
Technorati Tags: El Mesias, Handel, Choir of new college Oxford, Academy of Ancient Music, Vitoria-Gasteiz
Comentarios
En mi opinión, sorprendentemente esta pieza se sujeta muy bien con muchos, pocos o poquísimos elementos. No se si por ser barroca, o por ser un villancico...o por ser tan buena. No necesita de grandes medios (como tu Carmina Burana o mi Novena de Ludwig) para que el resultado sea eso: entrañable, no pretencioso...y muy británico.
Me cuesta mucho hacer críticas a la Música -con mayúsculas-. Al fin y al cabo, es una liturgia cultural universal, es un valor de comunicación refinada en sí misma, asequible a todos, duradera, inmortal, abstracta, carece de ideologías, no es apropiable porque es infinita y, además, efímera, instantánea, dura lo que la onda que la propaga y fenece con su paso.