Acabo de leerme EL GATOPARDO del autor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa.
Hace unos meses vi la película que sobre la novela hizo Visconti y me dije a mi mismo que no podía dejar de leer la novela. Ahora lamento haberlo hecho en este orden, pues creo que he restado placer y profundidad a la lectura de la obra del palermitano. Y lamento aún más no haber leído el verano pasado la novela, con motivo de mi visita a Sicilia. Habría sido un maridaje extraordinario. Pero las cosas son como son y no hay más vueltas que darle al asunto.
Como es de sobra conocido, El gatopardo narra la historia de una familia noble siciliana tomando como fondo de la novela los años en los que Garabaldi y Cavour unifican Italia y la burguesía emergente parece amenazar (incluso con una república democrática) la posición de la nobleza conseguida en los tiempos feudales y mantenida ante los diferentes colonizadores de la isla. De este libro es la célebre cita "A veces es necesario que algo cambie para que todo siga igual" que sintetiza la idea central de la novela: pactar (con desgana, desprecio, condescendencia, inteligencia, pragmatismo y cinismo) con los poderes emergentes para no dejar de disfrutar de centenarios privilegios y bienestar (aún sabiendo que los tiempos dorados tocan a su fín y que todo irá lenta, pero inexorablemente, decayendo).
La historia es casi autobiográfica, pues Giuseppe Tomasi no hace sino describir con ironía y ternura a su propia clase social. Al parecer el personaje principal de la novela, el Príncipe de Salina, puede estar basado en su propio bisabuelo. Y los lugares y situaciones que narran el libro o fueron vividos por el autor o fueron narrados por su familiares.
La novela ha gozado desde su póstuma edición en 1958 del favor del público, de cierto rechazo de la crítica literaria y una decidida oposición de la izquierda italiana. Fue significativo el ataque de Leonardo Sciascia, otro siciliano de oro, al conde de Lampedusa.
A mi dejándo la política aparte, me parece una novela bella, con una prosa de ritmo endiablado, culta, irónica, inteligente, profunda, humanista y extraordinariamente evocadora. Su lectura te atrapa y no puedes hacer que el volumen se separe de tus manos hasta que lo has acabado. Una vez finalizada su lectura, el universo literario de la novela sigue reverberando en tu cabeza. Días después, cuando ya has empezado a leer otra cosa, los perfumes literarios del Gatopardo te siguen acompañando. Y estos creo que son los mejores cumplidos que se le pueden hacer a una novela.
Un verdadero placer literario.
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