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ladrillo

  • ¿Y CUANDO EL LADRILLO PARE?

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    medium_20070426elpepivin_1.3.jpg Anda el patio bursatil español muy revuelto con las grandes caidas de los valores bursátiles más vinculados al ladrillo patrio. Los grandes agentes económicos y mediáticos se han paresurado a decir que no pasa nada, que aunque si hay burbuja (cosa que negaban hasta hace dos días), esta no va a estallar, sino que lo que se va a producir es una lenta desaceleración de los precios y los ritmos de venta de las viviendas, pero que nada corre peligro.

    Yo comparto parte de este análisis (no sería bueno un reventón súbito y abrupto de la burbuja inmobiliaria y lo ideal es un suave decaer hasta llegar a la normalidad), pero no las motivaciones del mismo.

    El binomio ladrillo-turismo residencial, en el que se basa buena parte del esplendor económico de la España de PP y también de la del PSOE, es medioambientalmente salvaje y estúpido, socialmente demoledor y económicamente empobrecedor. La actividad urbanizadora y constructiva, que debe tener su papel en toda sociedad y economía, no es ni el sector económico que más valor añadido produce ni el más respetuoso con el medioambiente ni el que mejor procesa las necesidades sociales del común de los ciudadanos. La "ladrillo-dependencia" de la economía española es mala para la propia economía española, nociva para nuestro medio físico y mortal para amplias capas de la sociedad española que ven como se producen en España más de 850.000 viviendas al año y ellos tienen más dificultades que nunca para poder acceder a una vivienda digna a precios y esfuerzos hipotecarios razonables.

    Por lo tanto, aunque comparto que es bueno que la burbuja se deshinche poco a poco, no comparto en absoluto el miedo a que nuestra economía, sociedad y litoral se desengachen de la droga ladrillil. Lo primero me parece peligroso (y yo no soy un irresponsable). Lo segundo me parece deseable, precisamente por que soy una persona responsable.

    Por cierto, uno de los efectos poco destacados de este fenómeno de enfriamiento de lo ladrillil es la forma en la que afecta a las distintas CCAA. Pongo dos ejemplos diferentes para que lo veamos con claridad.

    En Valencia es un drama que el ladrillo se enfríe pues casi todo su PIB depende de la salud del fenómeno constructivo-turístico. Además tienen un porcentaje de vivienda para segunda residencia muy alto, decenas de miles de viviendas vacías (incluso excluyendo las segundas residencias) y muy poca vivienda protegida. Les ha entrado el pavor en Levante, pues carecen de plan B y ya han depredado casi todo su medioambiente. 

    En Euskadi tenemos una economía saneada, diversificada, sin dependencias excesivas, con un nivel de construcción de vivienda libre mejor que la media estatal, con pocas viviendas vacías, con muy poca segunda residencia y con un porcentaje de vivienda protegida cinco veces superior a la media estatal. En Euskadi la noticia no produce pánico. Al menos no a demasiadas personas.

    Mientras Valencia carece de plan B en Euskadi estamos mucho mejor preparados para superar los efectos del enfriamiento inmobiliario, tenemos un medioambiente menos degradado y la vivienda es un derecho mucho más protegido gracias a la vivienda protegida. No todo es perfecto en Euskadi, desde luego. Hay muchas cosas que mejorar, sin duda. Pero el gatillazo ladrillil nos va a afectar menos. No solo lo digo yo, lo dice un diario vasco esta misma semana (la fortaleza de la VPO en Alava aleja la crisis del sector inmobiliario en este territorio).

    En Euskadi el sector de la construcción va a seguir trabajando, generando riqueza, dando empleo y siendo un aporte a nuestra sociedad en buena medida gracias a la a vaces denostada vivienda protegida. Alejarse de la especulación y entrar en la senda de los beneficios de tipo industrial es bueno paa todos. Descargar de presiones al territorio es bueno para las generaciones presentes y futuras. Tener una alta producción de vivienda protegida es bueno para las personas con esta necesidad social de rentas medias o bajas. En fin, en esto, Euskadi is different.

    Pero ¿que pasa con el conjunto de España?. ¿Que va a pasar cuando el ladrillo pare de verdad? Nótese que no digo ¿que va a pasar si el ladrillo para? Pues el ladrillo va a parar, de eso no hay duda. ¿Tiene la economía española plan B para un escenario postaldrillil? ¿Como esta nuestro I+D+I? ¿Y nuestra educación y universidad? ¿Y nuestra creatividad? ¿Y nuestra productividad? ¿Y nuestro sector público como tractor de la economía, especialmente de la social? Espero que tengamos respuestas a todo esto. Pero no me huele bien la cosa.

     

    (no me he resistido a ilustrar este post con el chiste de hoy de Forges)

     

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