El incremento de los precios de los alimentos básicos en todo el orbe ha hecho que la humanidad pase de los 1.000 a los 1.100 millones de personas que sufren hambre y que sin ayuda morirán pronto. El fantasma del hambre recorre el mundo, pues casi el 20% de ella puede morir de hambre y más o menos la mitad de ella vive por debajo del humbral de la pobreza.
Ante este hecho ciertamente injusto e impactante el Banco Mundial ha dicho que descarta intervenir los mercados internacionales y que es "es mejor tener un mercado imperfecto que un perfecto burócrata decidiendo por otros".
Se ve que el Banco Mundial o el FMI si reaccionan cuando se hunden los bancos por las hipotecas subprime y que para ayudar a grandes empresas (con multimillonarias inyecciones públicas de liquidez) el intervencionismo está bien. Pero para esas mismas instituciones intervenir en los mercados para evitar un genocidio por hambre no es lo correcto.
La insensible reacción del Banco Mundial, uno de los guardianes de la ortodoxia del neoliberalismo, me da MIEDO y ASCO.
Homo homini lupus est. Por lo que se ve el hombre sigue siendo un lobo para el hombre.
(la foto es del Presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, reputado neocon y autor de una frase genial sobre la política exterior de los EE.UU de América "“Veámoslo de forma sencilla. La diferencia más importante entre Corea del Norte e Irak es que, económicamente, en Irak no teníamos alternativa. El país nada en un mar de petróleo” / "Look, the primarily difference - to put it a little too simply - between North Korea and Iraq is that we had virtually no economic options with Iraq because the country floats on a sea of oil". Singapur, mayo del 2003.)
ARTICULOS ANTERIORES EN ESTE BLOG QUE TRATAN DE TEMAS RELACIONADOS Y QUE PUEDE INTERESARTE:
- CRISIS ALIMENTARIA Y PREMIOS GASTRONOMICOS
- EL CAPITALISMO NEOCON HA MUERTO
- LA AVARICIA
- EL FIN DE LA POBREZA DE JEFFREY D. SACHS
- NO LOGO DE NAOMI KLEIN
Technorati Tags: hambre, subida precios alimentos, Banco Mundial, Paul Wolfowitz, neoliberalismo, humanismo