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  • EL CRASH DEL 2010 de Santiago Niño Becerra

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    Hace unos meses leí EL CRASH DEL 2010 (2010, editorial Los libros del Lince), obra del catedrático en economía Santiago Niño Becerra que parafrasea el clásico siempre revisitado El crash de 1929 de John Kenneth Galbraith.

    Este caballero se ha hecho muy famoso en los últimos tres o cuatro años por sus visiones políticamente incorrectas y apocalípticas del presente y sobre todo del futuro de la economía mundial (y española). Al principio, solo era conocido para cierto público por su columna diaria en una web (La carta de la bolsa). Todas esas columnas, vistas conjuntamente, venían a ser como el blog de economía de este profesor. En estos cortos artículos habló con bastante precisión de la crisis de confianza entre entidades bancarias, de las quiebras de bancos y de la hecatombe del sistema financiero mundial meses o años antes de que todo esto sucediera. Gracias a eso, poco a poco, ha ido consiguiendo penetración en los "medios" de "comunicación" "serios" (vg El País, ABC o La Vanguardia). Algunos le llaman el Nouriel Roubini español (otro economista a contracorriente del que ya hemos hablado en este blog) o "el profeta de la crisis".

    Yo ya he reseñado algunas de las afirmaciones y escritos de Santiago Niño Becerra en este blog (1 y 2) y, por ello, me he ganado la reprobación de bastante gente de mi entorno político. Niño Becerra es denostado por igual en la izquierda postcapitalista y en la economía "seria" (os dejo un ejemplo de esto último). Al parecer, para muchos Niño Becerra es un charlatán, acientífico, de extrema derecha y que medio acierta en alguna de sus predicciones económicas por pura chiripa. Este rechazo por parte de la gente de mi cultura política, junto al hecho de que el profesor Niño Becerra es una persona correctísima en el trato personal (le escribes con un comentario o una duda y te contesta con su punto de vista, con corrección y con rapidez, cosa que no se puede decir de muchos "intelectuales" españoles) y la evidencia de que casi todos los economistas main stream no aciertan nada ni de chiripa, hace que yo siga leyendo las cosas que escribe Santiago Niño Becerra. No me parece el gurú definitivo, pero tampoco me parece que lo que dice se pueda echar enteramente en saco roto.

    Dicho todo lo cual, me centro en El crash del 2010. Partiendo de la máxima de que todo sistema económico nace (de las cenizas del anterior) se desarrolla y muere (cuando aún no ha nacido del todo el siguiente), su tesis central es que la economía mundial desde la Segunda Guerra Mundial (el capitalismo) se basa en la hiperproducción, el hiperconsumo, el hipercrédito y la hiperespeculación financiero-inmobiliaria. A su juicio, este "ir siempre a más" ya no da más de si. No lo tolera el sistema económico (enfermo de supersobreendeudamiento) ni el planeta (que sufre una crisis medioambiental). A su juicio, este modelo se ha sostenido hasta ahora en pié por ser rentable a corto plazo a la mayor parte de los poderes económicos planetarios claves. Para él las cosas han ido como han ido por la propia lógica del sistema, no había camino alternativo y nadie estaba dispuesto a tomarlo mientras el camino ya conocido siguiera funcionando. Hasta aquí no creo sinceramente que se le pueda poner ninguna pega, pues la verdad, buena parte de la humanidad ha vivido en el sueño de consumir siempre más, sin perjuicio de que ese consumo lo pagaran los salarios o los créditos.

    Hecho en análisis del pasado, Niño Becerra se mete en sus pronósticos para el futuro, a su modo de ver negro, negro, negro. Predice que en el futuro la economía se centrará mucho en los valores eficiencia-eficacia, ahorro, utilidad, reutilización, colaboración, aprovechamiento y gestión de los recursos materiales y energéticos. El cree que vamos a llegar a la economía ecológica y a la economía ultraeficiente no por la vía del convencimiento socio-político, sino por la vía de la escasez y alto precio de muchos de los recursos. Su aserto clave en esta materia es que "lo necesario va a ser lo único importante". Y como ha ocurrido con el sistema económico en los últimos setenta años, en el futuro las cosas van a ser así no por la voluntad de nadie, sino porque los factores apuntan a que sean así. No hay un componente volitivo-social, sino una mecánica físico-económica. La verdad es que estas afirmaciones también me parecen dignas de respeto. No diré adhesión inquebrantable, pero si respeto y reflexión.

    Finalmente, a su juicio, el factor trabajo va a ser superabundante y un sistema productivo altamente científico va a funcionar con una pequeña parte de la población como mano de obra superespecializada y va a dejar en el paro a muy buena parte de la humanidad. Por ello, habla de televisión, drogas y subsidios de subsistencia garantizados por el Estado para conseguir cierta paz social y evitar los estallidos socio-políticos (entiendo que se refiere a Occidente o a la OCDE). Y por ello dice que en el futuro la democracia solo tendrá de democrática el nombre. En un mundo de escasez y lucha por el futuro la democracia será "un lujo" que los poderes económicos no se van a poder permitir. Supongo que esta es la parte más discutible de su obra. La parte en la que Niño Becerra da rienda suelta a su vena tremendista. La parte menos ratificable a través de datos empíricos, pues hablamos del futuro y no del presente o pasado. Sin coincidir plenamente con él (que no sé si no lo hago por evidencias científicas o por optimismo antropológico), si que hay que apuntar que tres de los siete superpoderes económicos del mundo (EE.UU+Canada, UE+RU, Japón, China, India, Rusia y Brasil) son escasamente democráticas y, de hecho, basan su poder económico en la mezcla de capitalismo, estado ultrapoderoso y dictadura o democracia de pésima calidad (China, India y Rusia). Y en los otros cuatro superpoderes económicos empiezan a ser evidentes a simple vista fuertes grietas en la calidad del sistema democrático como consecuencia de los dictados de "los mercados". Así que, sin compartir lo que dice Niño Becerra, que no lo hago, no creo que lo que este grupo de afirmaciones sea desechable al 100%.

    Al establishment económico español le gusta mofarse de Niño Becerra por algunas de sus excentricidades (su aspecto físico o cierta tendencia al tremendismo) y por su gusto por predecir cuestiones a muy corto plazo en las que suele fallar. Pero, la verdad, no creo que deba ser insultado por afirmar que el capitalismo está agotado por consunción de sus propias bases y que habrá en breve (en términos históricos) un nuevo sistema económico que no tiene porque implicar más democracia y más bienestar para todos. Sus análisis del pasado son correctos. Sus proyecciones a medio y largo plazo del futuro son una más de las posibilidades existentes, desgraciadamente no por moralmente rechazable, menos factibles.

    Bien, supongo que postcapitalistas, anticapitalistas y economistas "serios" se seguirán riendo de quienes leemos a Niño Becerra, pero a mi me sigue pareciendo un punto de vista de interés, sin que ello quiera decir que no deje de ser un punto de vista más en el mar de las cosas que hay que leer para formarse una opinión sólida.

     

    Permalink Categories: Ensayo
  • AMOR EN VENECIA, MUERTE EN BENARÉS de Geoff Dyer

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    Acabo de leer AMOR EN VENECIA, MUERTE EN BENARÉS del ultralaureado Geoof Dyer. De esta novela dice su editorial (Mondadori)

     

    "La felicidad de Jeff se esconde en algún punto entre Venecia y Benarés. La búsqueda de la felicidad de un hombre y la historia de dos ciudades se entrelazan en una novela tan divertida como profunda. La primera parte narra la desenfrenada visita de un grupo de periodistas a la Bienal de Venecia. En un ambiente festivo plagado de alcohol y drogas, Jeff conoce a Laura, su alma gemela, con la que vive una intensa aventura erótica. La segunda parte tiene lugar en Benarés y describe la desintegración paulatina del protagonista en un desenlace inesperado y profundo. La primera novela de Geoff Dyer en nueve años".

    Estamos hablando de una novela y un autor a los que que ponen por la nubes, entre otros, el New York Times, The New Yorker, The Guardian o The Independent.

    Se supone que es una obra graciosa, inteligente, delicada, humana, de peso filosófico y bien escrita.

    A mi no me pareció nada de eso y la olvidé nada más terminarla.

  • DESOLADAS VENAS ABIERTAS QUE QUIZÁS SE VAN CERRANDO ...

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    Hace unos meses leí LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA (1971) de Eduardo Galeano y EL RÍO DE LA DESOLACION. UN VIAJE POR EL AMAZONAS (2004) de Javier Reverte. El libro de Galeano era un ensayo que me debía a mi mismo hace tiempo y el de viajes de Reverte es uno más de los muchos que he leído de este autor (en este blog ya hablé hace algún tiempo de "El corazón de Ulises" su libro de viajes por la Magna Grecia, el lugar donde empezó casi todo). La casualidad hizo que leyese estas dos obras seguidas, sin darme cuenta de que eran dos libros hermanos, o al menos primos, pues trataban, en el fondo, sobre la dignidad humana en tierras americanas ayer, hoy y en el futuro.

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    Desconozco las ideas políticas de Javier Reverte (a veces participar como tertuliano en programas de televisión y no me ha parecido, ni de lejos, una persona extremada por la izquierda). Por el contrario, las ideas políticas de Galeano son bien conocidas, pues él es uno de los intelectuales de más peso mundial de eso que hoy llamamos altermundismo.

    El libro de Javier Reverte es un libro de viajes, aunque al estilo Reverte. Se narra un viaje que el autor ha realizado en una fecha concreta, pero se aprovecha para comentar la historia y la literatura que el autor ha leído antes, durante y a veces justo después del viaje. Tenemos, por tanto, un viaje físico y otro intelectual que Reverte comparte con sus lectores. Siempre me ha parecido que Reverte combina adecuadamente erudición y humanidad al hablar de los sitios y las personas que visita. Hace que el viaje te interese, pero también hace que te interesen la suerte pasada, presente y futura de las personas y la naturaleza que visita. Y en este libro Reverte transmite, por encima de todo, tristeza. Tristeza al ver la riqueza que la madre naturaleza ha dado a la América Amazónica y la miseria que han sufrido y sufren la mayor parte de sus pobladores. Una tristeza antropopesimista que Reverte transmite con su prosa sencilla, culta, humana y efectiva.

    El libro de Eduardo Galeano es un ensayo (economía, sociología, política, historia, etc), ya clásico, que en parte ha quedado anticuado, que contiene algunos errores técnicos (según me cuentan amigos académicos zurdos), pero que sigue siendo extraordinariamente válido para conocer la génesis causal de la desigualdad en América Latina. Quien no lo haya leído y esté interesado en América Latina o en la justicia social, tiene ante sí un magnífico ensayo con el que aprender, disfrutar, indignarse y quizás pertrecharse para la acción socio-política. Además, estamos ante un ensayo bella y elegantemente escrito que te atrapa desde su primera página y que no puedes soltar hasta la última. 

    Los dos libros, por diferentes que parezcan, me dejaron el mismo cuerpo. Una sensación de profunda tristeza que te golpea al leer como ha vivido y vive la mayor parte de la gente en una de las zonas más rizas y bendecidas por la naturaleza del mundo, todo ello a mayor beneficio de los imperios coloniales del pasado y el presente.

    Desde que se escribieron estos dos libros, políticamente en América Latina han pasado muchas cosas en la esfera social y política. Los protagonistas de muchas de ellas (Lula, Bachelet, Kirchner-Fernandez, Cháves, Correa, Morales, etc) apelan directamente a la lucha contra la desigualdad como verdadero centro de su acción de gobierno. Algunos de ellos incluso citan a Galeano y regalan "Las venas abierta de América Latina" siempre que pueden (vg. Cháves a Obama). Aunque América Latina sigue siendo un lugar brutalmente injusto (la ONU maneja un indicador para catalogar a los países como muy desiguales: el 1% de la población más rica controla al menos el 20% del PIB de un país, umbral que casi todos los países de la región superan, incluido por cierto los EE.UU -24%), aunque aún quedan muchas cosas por hacer, aunque aún hay un debate en torno a la ruptura o la reforma, aunque sigue habiendo mucha corrupción e ineficiencia burocrática, aunque los enemigos de la justicia social son muy poderosos ... puede que los desolados rios y las abiertas venas estén hoy un poco menos desolados y algo menos abiertas.

    Sea como fuere, entre la tristeza que transmiten los dos libros que comento y la esperanza que quieren transmitir la mayor parte de los nuevos dirigentes latinoamericanos, debería quedarme con lo segundo. Por mero optimismo vital. Pero como la tarea es hercúlea y no se puede enmendar en quinientos días lo que se ha destrozado en quinientos años no dejo de sentir esa tristeza.

  • EL VIAJERO DEL SIGLO de Andrés Neuman

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    Hace ya algún tiempo leí EL VIAJERO DEL SIGLO de Andrés Neuman.

    De esta novel dice su editorial Alfaguara:

    "Un viajero enigmático. Una ciudad en forma de laberinto de la que parece imposible salir. Cuando el viajero está a punto de marcharse, un insólito personaje lo detiene, cambiando para siempre su destino. Lo demás será amor y literatura: un amor memorable, que agitará por igual camas y libros; y un mundo imaginario que condensará, a pequeña escala, los conflictos de la Europa moderna.

    El viajero del siglo nos propone un ambicioso experimento literario: leer el siglo XIX con la mirada del XXI. Un diálogo entre la gran novela clásica y las narrativas de vanguardia. Un puente entre la historia y los debates de nuestro presente global: la extranjería, el multiculturalismo y los nacionalismos, la emancipación de la mujer.

    Andrés Neuman despliega un mosaico cultural al servicio de un intenso argumento, pleno de intrigas, humor y personajes emocionantes, con un estilo rompedor que ofrece a estas cuestiones un sorprendente cauce".

    Ciertamente, Alfaguara no escatima elogios en la presentación del libro de este joven autor andaluz de origen argentino o argentino replantado en Granada (supongo que es una u otra cosa en función de a que lado del charco le toca estar).

    Si a todo esto le sumamos que Roberto Bolaño (mito ya de las letras hispanas y mundiales y que a mi me sedujo con su obra Los detectives salvajes) dijo de Neuman antes de morir que «Tocado por la gracia. La literatura del siglo XXI pertenecerá a Neuman y a unos pocos de sus hermanos de sangre

    Pues bien, no diré que Alfaguara y Bolaño se quedan cortos, pero di diré que Neuman y su Viajero del siglo es de lo mejorcito que leído en mucho, mucho, pero que mucho tiempo.

    La novela narra la historia de Hans, un joven traductor que vaga por media Europa a finales del XIX traduciendo, viviendo, reflexionando, encontrando gente, conociendo lugares y costumbres y, en última instancia, enamorándose. Esta trama, y la incapacidad del protagonista para abandonar cierta ciudad alemana siempre mutante, le permiten a Neuman tocar casi todos los debates intelectuales europeos del siglo XIX y, de forma elegantemente indirecta, muchos de los temas socio-políticos del siglo XXI. Por el libro desfilan una larga galería de personajes memorables, extraordinariamente bien caracterizados, maravillosamente humanos a pesar de su innegable carácter literario. Hay espacio en esta novela para muchos ejercicios de estilo: novela del siglo XIX con una técnica narrativa de vanguardia del siglo XXI, trama de suspense, trazas de novela social, celebración de la naturaleza, reflexiones sobre la naturaleza humana, novela fantástica ... todo ello perfectamente hilvanado con la deslumbrante (a pesar de su aparente sencillez) prosa de Neuman.

    Neuman lo tiene todo para que mucha gente le odie en España: es joven, tiene un talento desbordante, tiene éxito y en todas sus apariciones públicas da la sensación de ser muy feliz. Bien haría Neuman en emular a Santiago Ramón y Cajal e inventarse una dolencia ficticia (cosa que hizo nuestro Nobel para poder lavar su "pecado" de ser feliz en el laboratorio y con su familia), pues en este país hay mucha envidia y solo con desgracias imaginarias se va a poder proteger de los que querrán verle caer.

    Por nuestra parte, bien haríamos los amantes de la buena literatura en leer todo lo que este genio en ciernes produzca para nuestro inmenso placer espiritual y cultural.

    Dejo, por si interesan a alguien, las críticas de este libro publicadas por El País, El Mundo y ABC., así como la web del propio Andrés Neuman.