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LA NECESIDAD DE ESPACIOS TRANSVERSALES DE GESTIÓN PÚBLICA Y DIALOGO CON LO COMUN

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Como quinta y, de momento, última metodología de nueva gestión de lo PUBLICO y lo COMUN (las otras cuatro son: ANIP, GIPP, ISAC, EPT), creemos que una parte importante de los desafíos internos del sector público, y en especial del sector público local, así como de su diálogo con la parte de la sociedad civil que se está auto-organizando para defender lo común, tienen que ver con la lucha contra la compartimentación del trabajo administrativo en áreas que no dialogan entre sí, lo que produce todo tipo de disfunciones.

Frente a la lógica de los compartimentos estancos (dentro de cada ayuntamiento; entre estos y sus sociedades, mancomunidades, consorcios, etc; de todo lo anterior con el conjunto de proveedores privados; y de todos ellos con la sociedad civil que está dando pasos pragmáticos en defensa de lo común) nosotros creemos en la creación de ESPACIOS TRANSVERSALES DE GESTIÓN PUBLICA amigables con lo común.

Entendemos que la teoría jurídica de las competencias (la Administración debe disponer de competencias atribuidas legalmente para poder ejercer potestades exorbitantes -posición jurídica superior a la de los administrados-) hoy hace mucho más daño que bien a la ciudadanía. En el siglo XIX los grandes juristas públicos europeos la diseñaron como una forma de proteger a la ciudadanía de las intromisiones excesivas del Estado, todo ello dentro de un marco general liberal. En siglo XX los grandes teóricos del Estado del Bienestar reformularon la teoría de la atribución competencial como un instrumento al servicio de los derechos sociales y económicos de la ciudadanía (las Administraciones Públicas tienen obligación de realizar acciones en favor de ciertos derechos sociales y económicos de la ciudadanía). Pero hoy el mecanismo está parcialmente roto, pues en muchas ocasiones el debate competencial se sostiene entre administraciones que todas ellas pretende ser incompetentes en relación a un problema que tiene una difícil solución. La cual es demandada de forma clara y directa por parte de una ciudadanía que desconfía de la acción estatal, no por demandar un estado menos interventor, sino por exigir que el estado deje de acudir constantemente al rescate de los grandes intereses económicos y reclamar que ese estado trabaje al servicio del bienestar de la población en general.

Frente a este escapismo administrativo (muy frecuente, aunque no absoluto) nosotros defendemos los Espacios Transversales de Gestión Pública que combinen recursos humanos, físicos, financieros y conocimiento y que, desde lo público y con las mejores herramientas de gestión profesional, busquen crear sinergias, ahorros, y nuevos ingresos. El objetivo es poner estos ahorros e ingresos al servicio de la ciudadanía en forma de bienes y servicios públicos de alta calidad, así como de procesos colaborativos entre lo público administrativo y lo común cívico.

Creemos firmemente en los Espacios Transversales de Gestión Pública tanto en los Ayuntamientos como a nivel supramunicipal. Siendo en muchos casos este nivel supramunicipal el campo de juego clave y propicio para una nueva lectura y gestión de lo público y de lo común.

Este es un cambio operativo y cultural que los contribuyentes están demandando (de la cultura de la llevanza individual del expediente, a la cultura del resultado efectivo y real, conseguido de forma colaborativa, que aporta plusvalor social al conjunto de la ciudadanía y a ciertos grupos sociales en particular) de forma imperiosa al sector público y en cuya implantación nosotros estamos comprometidos y especializados.

 

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