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¿QUIEN FINANCIA EL LADRILLO SANO Y NECESARIO? BANCA NACIONALIZADA Y MEDIO URBANO SOSTENIBLE

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El pasado día 28 de noviembre leímos en la prensa que las entidades financieras nacionalizadas (galaxias Bankia, Novagalicia y Cataluña Caixaque que implican una parte sustancial de nuestro sistema financiero) deberán abstenerse en el futuro de financiar cualquier tipo de operaciones de compra de suelo, urbanización, edificación y venta de bienes inmobiliarios.

Supongo que al público no especializado esto le parecerá de maravilla. El razonamiento será algo así como: "si España está enferma de ladrillo, para sanarla habrá que someterla a dieta de ladrillo". Sin embargo, en este caso, me gustaría poner de relieve uno de los peligros del muy español razonamiento que va del 0 al 100 o del todo a la nada sin solución de continuidad.

Que España sea un país con su sistema financiero quebrado y que el talón de Aquiles del mismo sea la indigestión (cuantitativa y cualitativa) de suelo, ladrillo y cemento, no debe significar, forzosamente, que las entidades financieras nacionalizadas se abstengan en el futuro de cualquier actividad vinculada al ladrillo. Es más, yo sostengo que retirar toda esa capacidad financiera del mundo del urbanismo, sin más, será negativo. 

Debemos diferenciar entre buen y mal ladrillo. Debemos favorecer las dinámicas crediticias que apunten al buen ladrillo (el que soluciona necesidades individuales y colectivas). Y debemos limitar o restringir los hábitos financieros que inflaman el mal ladrillo. ¿A que llamo concretamente buen ladrillo? Creo que financiar alquiler (asequible privado y social público), rehabilitación de viviendas y edificios, reconversión energética de nuestros edificios, regeneración urbana, derechos de superficie, copropiedad, cooperativas (entre otras de uso), etc no puede ser considerado como un riesgo sistémico para las entidades financieras o el país. Es más, deberíamos financiar este tipo de actividades en mucha mayor medida que en el pasado. Dado que nuestra calidad de vida y  también nuestra competitividad van a depender de este tipo de operaciones.

¿Y quien financia hoy este tipo de actividades en España? Nadie o casi nadie. Como empresario que soy, me permitirán que no revele mis fuentes. Pero les diré que aúnque hay financiación para este tipo de operaciones, esta es escasa, cara y difícil de obtener.

Paradójicamente el escenario futuro de la UE apunta a una retirada de los fondos europeos tal y como los hemos conocido hasta ahora (cohesión social y territorial en términos hardware urbano) y un giro hacia la reconversión energética y en menor medida social (lógica software urbano) de los tejidos urbanos continentales.

Y para añadir una paradoja más, la banca española no nacionalizada o rescatada por el contribuyente se va a quedar a precio de saldo (paga el contribuyente) con los activos inmobiliarios llamados tóxicos de la banca española nacionalizada, parece que para seguir haciendo lo de siempre: vivienda libre en venta en suelo urbanizable, con subrogación del crédito promotor por parte del comprador hipotecado y precios artificialmente altos.

De todo lo anterior, yo deduzco que la decisión de sacar, sin más, del mundo inmobiliario a la banca nacionalizada (o con ayudas públicas) es una muy mala idea, pues a día de hoy en España nadie financia de forma sistemática y asequible actividades como el alquiler, la rehabilitación, la reconversión energética o la regeneración urbana. Y, aqui viene lo interesante, en otros países de la UE estas actividades están fundamentalmente financiadas  por diferentes modalidades de banca pública y, en mucha menor medida, por cooperativas de crédito local.

Comprendo a los banqueros españoles que dirigen una entidad privada no rescatada (aumentar cuota de mercado a base de comerse a la competencia y mantener el mismo modus operandi). Pero no entiendo a las autoridades españolas (ni a los dos partidos que fundamentalmente las designan) cuando deciden regalar los activos inmobiliarios llamados tóxicos a la banca superviviente para hacer lo de siempre (lo malo que nos trajo hasta aqui) y prohiben actuar en materia de ladrillo a las entidades nacionalizadas, sin diferenciar el sano del que no lo es (lo bueno que nos podría llevar a una sana convergencia europea en materia urbano-inmobiliaria).

Como político y gestor público lamenté en el pasado la falta de crédito público o cooperativo para el medio urbano sostenible. Como empresario especializado en cooperación público-privada lo sigo lamentando en el presente. Espero no seguir lamentándolo en el futuro. Pero da la sensación de que, desgraciadamente, no aprendemos de nuestros errores. Tampoco parece que estamos por la labor de imitar a nuestros socios exitosos. Al menos la España que tiene 50 o más no está por la labor. ¿Y la que tenemos 50 o menos?

 

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Comentarios

  • El problema es que, lo que ahora conocemos como banca nacionalizada, antes eran esas cajas de ahorro que se dedicaban a financiar proyectos inmobiliarios de dudosa rentabilidad y futuro y, en multiples ocasiones, sus intereses como prestamistas obedecian más a amiguismos, chanchulleos y trapicheos inmobiliarios que a la realidad.

    Yo creo que lo que quieren es evitar que vuelvan a caer en esa misma voragine de creditos a amigos de dudosa rentabilidad.

  • Inmobiliaria en Bilbao, el miedo que tu tienes, que tienen ellos y que tengo yo, se soluciona financiando ladrillo sano y decente que, trabajando mucho y bien deje, como mucho, un beneficio del 5%-10%. Ya verás como con ese tipo de rentabilidades, no hay ni amigos ni arribistas ni gente de dudosa profesionalidad danzando en torno a políticos. La clave está en hacer operaciones de menor rentabilidad y mayor interés socio-comunitario. En ese campo de juego, como digo, no habrá políticos con amigos especuladores disfrazados de empresarios. Por otra parte, es un poco deprimente que en España, cuando se habla de cajas, todo el mundo habla de las malas y no de las buenas. Y cuando se habla de banca pública, todo el mundo diga que no existe nada más que en países bananeros, cuando la realidad es que la UE (y Francia y Alemania en particular) están llenas de banca pública que financia la buena actividad productiva (ladrillo sano incluido) de base local (sobre todo pymes). Espero que aprovechemos la crisis para reformar bien y no simplemente para autolesionarnos. Gracias por pasar por aquí y por opinar. Un saludo. JBC

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