El Director del Servicio de Estudios del Banco de España, el Sr. Jose Luis Malo de Molina (en la foto de arriba) dijo hace unos días en un foro profesional del sector inmobiliario que a la vivienda en España aún le queda un largo trecho de bajadas de precios (concretamente habló de un 10% adicional, para llegar a bajadas medias del 30% en el conjunto del periodo de crisis).

A casi nadie le parece que esta es una afirmación osada o riesgosa, habida cuenta de que España es un país con millones de viviendas vacías, sin vender, sin alquilar, a medio construir ... a la vez tenemos millones de parados, precarios, subempleados ... sufrimos a unos bancos y cajas que tienen el grifo del crédito cerrado a más no poder ... y la Administración Pública ni está ni se la espera en términos de usar el estado a favor del acceso a una vivienda digna en condiciones razonables para amplias capas de la sociedad española, a través de un servicio público de vivienda y una regulación de las materias fiscal e hipotecaria al servicio del interés general.  Vamos, que los que no somos responsables máximos de servicio de estudios alguno, también llegamos a la misma conclusión: hay aún mucho margen para que sigan bajando los precios de la vivienda y el suelo en España. El banco japonés Nomura debe estar pensando en lo mismo cuando dice que el stock de vivienda tardará en ser absorbido en España unos 24 años.

Pues bien, la afirmación del Sr. Malo de Molina ha provocado palabras muy gruesas por parte de los responsables del sector inmobiliario privado (botón de muestra este titular de la prensa salmón del pasado 2 de junio "Malo de Molina solivianta a promotores y expertos al preveer más bajadas de precio"). Hasta aquí, todo puro guión (un sector que está acostumbrado a privatizar todos los beneficios posibles y a socializar todas las perdidas que le dejen socializar). Lo que es mucho menos justificable es que el máximo responsable ministerial en materia de vivienda, el Sr. Blanco, con una velocidad de reacción que para si quisiera un guepardo, afirme que "La caída del precio de la vivienda se encuentra en la fase final", muy en línea con sus declaraciones habituales en los últimos meses animando a la población a comprar vivienda, pues "este es un momento óptimo para hacerlo", habida cuenta de que "los precios de la vivienda no van a caer más"

A uno le causa sonrojo, pero no sorpresa, leer los comunicados oficiales de la patronal privada del sector avisando de una nueva burbuja inmobiliaria que se estaría creando por la existencia de una gran demanda de vivienda (sic) que no está siendo atendida por el sector privado inmobiliario, todo ello por culpa de una banca que no da créditos y una administración que no da ayudas. Lo dicho, casi puro guión de jugador etérnamente ventajista. Pero ver como el Ministro de Fomento se convierte en el primer comercial del sector privado me causa sorpresa, sonrojo y otras cosas que no digo por educación, pero que los lectores de este blog ya sospecharán.

Comentario a parte merecen algunas de las propuestas del sector inmobiliario privado (o al menos de sus máximos representantes, uno de los cueles es el Sr. Jose Manuel Galindo, Presidente de APCE, en la foto de arriba) para superar los actuales tiempos. Reducir impuestos sobre suelo y vivienda, eliminar leyes y reglamentos, garantizar el crédito público para la producción de nueva vivienda libre, absorber del stock de vivienda libre sin vender por el Estado a costa del contribuyente, poder vender vpo a extranjeros -no es una errata-, reducir los plazos contractuales del alquiler para hacerlo atractivo -no será al inquilino al que se somete a tal inseguridad temporal que acabará prefiriendo la propiedad-, etc. Parece que no han aprendido nada del pasado ciclo y que lo que añora el sector privado son los "buenos años" de la burbuja.  Como digo, no debería de sorprendernos el autismo del sector privado (o al menos de sus máximos representantes, pues habrá que pensar que tal nivel de desvarío no es extensible a todas las empresas y todos los profesionales del gremio). Pero es extraordinariamente peligroso que el Gobierno (este, el que viene o el siguiente) preste atención a estas fórmulas fracasadas, contraproducentes en lo económico, demoledoras en lo social y medioambiental y sistémicamente extraordinariamente preligrosas.

Todo esto ocurre en unas semanas en las que el nuevo Gobierno de CIU en Cataluña, a través de la conocida como ley omnibus, hace tabla rasa de años de esfuerzos en materia de construcción de un servicio público de vivienda en esa Comunidad Autónoma -más mercado y menos estado-; en los mismo días que el Secretario de Estado de Hacienda Sr. Ocaña se marcha al lobby de las cajas de ahorros, sector que él ha estado personalmente reformando (inflando de ayudas públicas) en estos últimos años (para tratar de curar a las cajas de ahorros de su atracón de suelo y ladrillos tóxicos) -más mercado y menos estado-; en las mismas semanas en que el activismo social para desahucios de inquilinos y propietarios lanzados a la calle por el sistema bancario y perseguidos de por vida por una parte de la deuda artificial y torticeramente fijada por la propia banca, todo ello a la vez que el Congreso de los Diputados rechaza por enésima vez la dación en pago -más mercado y menos estado-; en las mismas fechas en que cada vez se hace más evidente que no solo las cajas, sino también los bancos españoles están enfangandos en los activos tóximos inmobiliarios made in Spain; en el mismo tiempo en que los bancos dicen que ellos nada tienen que ver con el actual paro en España; cuando las agencias de rating y los grandes inversores mundiales se aprestan a comprar cajas de ahorros españolas a precio de saldo -más mercado y menos estado-; en las mismas semanas que Don Mariano Rajoy asegura que resucitará las deducciones fiscales a la compra de vivienda cuando sea presidente; en los mismos días que al Plan Estatal de Vivienda 2009-2013 se le da el enésimo tijeretazo que lo deja en la nada más absoluta -más mercado y menos estado-; cuando el Senado rechaza aplicar las clúsulas suelo a las hipotecas -más mercado y menos estado-; o cuando el Gobierno Vasco se dedica a la venta del suelo de más de 21.000 viviendas en derecho de superficie a 75 años para con ello "promocionar el alquiler social" -más mercado y menos estado-.

Comprenderán que no sea muy optimista y que, en cierta medida suscriba el término "nuevos siervos" que el profesor Tejedor Bielsa utiliza para los millones de sobre-endeudados en vivienda de los últimos años. Dado el nivel de autismo interesado del mercado y complicidad intolerable del Estado, parece que a los nuevos siervos le seguirán en el futuro otros novisimos en un país que seguirá adorando el ladrillo destinado a la compra-venta de vivienda libre en propiedad plena y en el que el la vivienda protegida, alquiler, la rehabilitación y la regeneración urbana seguirán siendo quimeras de quijotes corporativos o administrativos.

Eppure si muove ...

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