Hace ya muchos años que me parece que en materia de vivienda, urbanismo y calidad de vida, además de estado y mercado, es necesario introducir a la sociedad, concretamente a los vecinos y las comunidades que estos forman (o deberían de formar) en los barrios.

Yo soy un firme defensor (junto con otros; vg Juli Ponce) del servicio público de vivienda y creo que el estado debe intervenir para garantizar que en las ciudades todos podemos disfrutar de todos los derechos y respetar todas nuestras obligaciones de forma armónica. Creo que el estado es una parte crucial de la solución al problema urbano.

Dicho lo anterior, yo no le niego un cierto papel al mercado, bien como ente instrumental que provee de bienes y servicios al estado y a la ciudadanía, bien como parte de iniciativas de cooperación público privada. Creo que el mercado es parte fundamental del problema urbano, pero también creo que tiene algo que aportar a la solución (siempre y cuando el mercado no dirija, sino que sea dirigido).

Pero creo que, claramente por parte del mercado y en cierta medida tambien por el estado, se está tratando de evitar que entre en este baile la sociedad. Algunas administraciones públicas con ánimos de progreso están tratando de introducir la participación ciudadana en el mundo urbano. Y si se hace bien (cosa nada fácil), me parece de mucho interés.

Sin embargo, creo que hay una experiencia dilatada en buena parte de la UE y en el resto de Occidente sobre algo que va más allá de contar con las demandas y opiniones de la ciudadanía para la construcción de la ciudad por parte del estado y el mercado. Y ese paso subsiguiente no es otro que el que los vecinos puedan ellos mismos construir, mantener y gestionar partes del tejido urbano (en coordinación con el ayuntamiento, recibiendo ayudas públicas y pudiendo recibir en muchos casos la asistencia de profesionales y empresas mercantiles). Esto en otros lugares del mundo se llama cohousing o vivienda coperativa por ayuda mutua y entre nosotros una aproximación podría ser el concepto covivienda (que yo creo orientable hacia algo que podríamos llamar vivienda protegida cooperativa y de alquiler). Y se llame como se llame, tiene que ver con comunidades y vecinos que no esperan que el mercado o el estado hagan todo el trabajo de configurar el espacio urbano privado y público. Tiene que ver con una ciudadanía que exige ser actor y no solo receptor en materia urbana. El asunto no es sencillo. Hay multiples obstáculos políticos, sociales, económicos y técnicos. Pero en modo alguno es imposible. Hay ciertas evidencias empíricas de que el resultado a nivel micro es de mayor calidad integral. Obviamente yo tengo dudas sobre su replicabilidad a escala masiva. Pero el tema, en modo alguno, es la locura de unos marginales residuales.

Os dejo una serie de recursos para que quien quiera profundice en el tema: Sostre Civic (la asociación española más claramente centrada en este asunto); Observatori DESC (la plataforma cívica y activista española más en línea con este tema); FUCVAM (Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua); post del blog Arkimiasobre las cooperativas de vivienda en alquiler suecas (Fernando Martinez Hinojal, ex DG de Orubide -la empresa pública de suelo de Euskadi- y parte de un equipo de gestores públicos -al que yo mismo pertenecí- que estaba en línea con esta idea); artículo de la wikipedia sobre la covivienda.

La ciudadanía es crucial en materia urbana. Pero en muchos casos (por pasividad, atomización de los vinculos sociales, miedo, egoismo, etc), más que ser la clave para la solución de los problemas urbanos, la ciudadanía forma parte de los grandes problemas de la calidad de vida urbana. Esto no es fácil de cambiar. Pero me niego a aceptar que es imposible cambiarlo (a mejor).

Todo esto me ha venido a la cabeza viendo la serie documental Pla de rescat de la arqutecta Isabel Martínez Stolcke. Esta seria aborda en cuatro capítulos independientes las experiencias y reflexiones entorno al actual contexto económico con propuestas realizadas desde el mundo de la economía, la política, el cooperativismo y el tejido social. El primero se dedica casi de forma monográfica a esto que podríamos llamar vivienda cooperativa por ayuda mutua. Os dejo los tres vídeos que hasta este momento han sido publicados.

OTRAS VIVIENDAS

Pla rescat -altres habitatges from isabel martinezon Vimeo.

OTRAS ECONOMIAS

pla rescat-altres economies from isabel martinezon Vimeo.

OTROS PODERES

Pla de rescat- apoderament from isabel martinezon Vimeo.

Si alguien tiene ganas de informar, aportar, opinar o debatir sobre el tema estaré encantado de prestar mi blog para ello.

ACTUALIZACION 8/5/2011: he visto en la TV y en los periódicos una serie de noticias que tienen gran relación con lo comentado en este post; se trata de iniciativas lideradas por jubilados aún válidos que ponen en marcha cooperativas de viviendas y servicios para el resto de sus días; estamos hablando de diseñar viviendas, pero tambien servicios para la progresiva pérdida de validez en un entorno que no sea ni el domicilio/barrio habitual, ni la vivienda/barrio de los hijos ni las residencias de ancianos (públicas o privadas); me parece una idea muy en línea con lo comentado en este post, pues en realidad de lo que estamos hablando es de covivienda para mayores; por cierto, en el programa electoral de IU Talavera de la Reina (Toledo) figura una idea parecida, le llaman ciudad de los mayores, pero que está liderada por la iniciativa pública y en la que las viviendas para mayores son protegidas; esta idea, sin duda bien intencionada y con potencialidades innegables, me sugiere alguna duda (el estado dificilmente va a insuflar fibra colectiva o de barrio a una comunidad de propietarios de viviendas).

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