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  • LA ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN de Christian Felber

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    Acabo de terminar de leer LA ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN de Christian Felber. Un libro que me parece que aporta elementos de reflexión orientada a la praxis muy interesantes para la reforma de la economía, la política y la sociedad a nivel global en el siglo XXI.

    Creo, no lo oculto, que la ambición holítistica de este libro y del movimiento económico, político y social que lo sustenta (EBC) peca en no pocos casos de cierta candidez estratégica y táctica. Lo que se propone en esta obra (superar las externalidades del capitalismo financiero desregulado y del comunismo tal y como se conoció en la URSS, a través de un verdadero humanismo económico cooperativo) es, a buen seguro, suscribible por más de cuatro quintas partes de la humanidad, pero constituye un proyecto neta y estructuralmente transformador con unos (pocos) enemigos (muy) poderosos.

    Sea como fuere, dado el carácter eminentemente práctico de la EBC (sirva de ejemplo su matriz para evaluar empresas), siempre cabe la posibilidad de ir dando pequeños pasos, primero individuales, después grupales, más tarde locales y siempre gradualmente incrementables, sin necesidad de una implantación sistémica, unívoca y simultánea. Si es viral, quizás crezca hasta ser sistémico. Si se aspira primero a lograr masa crítica suficiente en algún lugar del planeta, le auguro peor futuro.

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    En cualquier caso, sirva como ilustración del calado de las propuestas el siguiente resumen de 20 puntos elaborado por el propio movimiento de la EBC (ampliado aquí por el propio Felber):

      1. La Economía del Bien Común se basa en los mismos valores que hacen florecer nuestras relaciones.
      2. El marco legal económico experimenta un giro radical, cambiando las reglas del juego de afán de lucro y competencia por cooperación y contribución al bien común
      3. El éxito económico no es medido por indicadores monetarios como el beneficio financiero o el PIB, sino con el balance del bien común (a nivel de empresas) y el producto del bien común (a nivel de sistema).
      4. Las empresas con buenos balances del bien común disfrutarán de ventajas legales.
      5. El balance financiero será el balance secundario. El beneficio financiero pasa de ser fin a ser medio.
      6. El crecimiento económico deja de ser un fin. Como el beneficio financiero es ahora un medio, las empresas pueden elegir su tamaño óptimo.
      7. Existiendo la posibilidad de aspirar sin miedo al tamaño óptimo, habrá muchas empresas pequeñas en todas las ramas. Como no tienen que crecer más, les será más fácil cooperar y practicar la solidaridad.
      8. Las diferencias de ingresos y patrimonios serán limitadas: ingresos máximos de, por ejemplo, 20 veces el salario mínimo. Los márgenes exactos deberán ser definidos democráticamente en una asamblea económica.
      9. En grandes empresas a partir de un elevado número de empleados los derechos de decisión y propiedad pasan parcial y progresivamente a los empleados y ciudadanos.
      10. Esto es igualmente válido para los bienes democráticos: instituciones económicas públicas en campos de enseñanza, salud, acción social, movilidad, energía o comunicación.
      11. Un bien democrático importante es el banco democrático. Los mercados financieros en la forma actual ya no existen.
      12. Siguiendo la propuesta de John Maynard Keynes del 1944, se establece una cooperación monetaria global. En la ONU se inicia una zona de comercio justo.
      13. A la naturaleza se le concede un valor propio por lo cual no puede transformarse en propiedad privada. Los derechos de la naturaleza serán recogidos en la Constitución.
      14. Un nuevo objetivo será la reducción de la huella ecológica de personas privadas, empresas y naciones, hacia un nivel globalmente sostenible y justo.
      15. El horario de trabajo retribuido se verá reducido escalonadamente hacia la cifra, pactada por mayoría, de alrededor de 30 horas semanales.
      16. Cada décimo año en la profesión da derecho a un “año sabático” que será financiado a través de un salario mínimo incondicional.
      17. La democracia representativa será complementada por la democracia directa y la democracia participativa.
      18. Aparte de la asamblea económica del bien común puede haber otras convenciones para profundizar en la democracia: asamblea para la educación, medios de comunicación y para el desarrollo de la democracia.
      19. Para afianzar en los niños los valores de la economía del bien común y poderlos practicar, se introducirán nuevos contenidos en la enseñanza, como emocionología, ética, comunicación, educación democrática, experiencia de la naturaleza y sensibilización corporal.
      20. Debido a que en la Economía del Bien Común, el éxito empresarial posee un significado muy diferente al que actualmente recibe, las personas más responsables y socialmente competentes, los más empáticos y sensibles serán el ejemplo a seguir.

    El nudo gordiano de este conjunto de propuestas es pasar, en economía, de la COMPETENCIA (disfuncional) a la COOPERACION (funcional), lo que implica pasar del ánimo de lucro (hoy muy escorado hacia el máximo beneficio de tipo financiero en el periodo de tiempo más corto posible) como motor de la economía, a la satisfacción integral de las necesidades humanas (no como desideratum ético, sino como objetivo económico factible).

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    Para que nos hagamos una idea de que estamos hablando, uno de los ejemplos prácticos más frecuentemente citados por la EBC es la larga y exitosa experiencia de MCC (el cooperativismo económico y financiero que del valle de Modragón se ha extendido a Euskadi, España y el mundo en su conjunto). En mi entorno es bastante conocido que MCC es un conglomerado de casi 300 empresas, con más de 80.000 trabajadores, un capital de casi 4.000 millones de euros en manos de sus decenas de miles de socios cooperativistas que se las arregla para gestionar unos activos por valor de casi 33.000 millones de euros, que factura más de 14.000 millones de euros en todo el planeta y que reinvierte todos sus beneficios en salarios, formación, creación de nuevas empresas e I+D+i. En mi entorno es bastante conocido que MCC es economía pura (industria, distribución, conocimiento y finanzas), pero a la vez, humanismo puro (mutualismo). Pero fuera del entorno vasco o español el cooperativismo de MCC es menos conocido por el público general. Y quizás exponer como buena práctica de EBC a MCC puede ayudar a la caracterización de iniciativas 100% económicas (mercantiles) y, a la vez, 100% humanistas (orientadas a la satisfacción de las necesidades humanas presentes y futuras).

    El libro de C.Felber me ha resultado muy sugerente al aportar una serie de propuestas que engarzadas tienen la capacidad de generar un nuevo modelo económico, social y político haciendo una suerte de máximo común denominador de las mejores teorías y prácticas que la humanidad ha dado a luz en las pasadas centurias. A mi, por ejemplo, me resulta de mucho interés la defensa de la EBC de cosas tales como:

    • La limitación de los salarios: el mayor no puede superar las 20 veces del menor (debiendo el menor poder garantizar una vida digna -vg. con 1.200 euros mensuales en la zona euro-).
    • La limitación de la riqueza que pueda acumular cada persona: no más de 10 millones de euros (el resto financiará la dote democrática de la que ahora hablaremos)
    • La limitación (casi abolición) de la herencia a 500.000 euros, para permitir heredar viviendas familiares y bienes con significado afectivo (el resto también financiará la dote democrática)
    • Igual en el acceso al capital en el principio de nuestra vida adulta, a través de una cantidad de dinero que recibiría cada adulto (la dote democrática que se nutre de las herencias y las fortunas excesivas) y con la que cada persona puede decidir libremente trabajar por cuenta ajena, crear una nueva empresa o integrarse en una ya existente.
    • La desaparición de los dividendos empresariales tal y como los conocemos, en la medida que más empresas se adscribieran a la EBC y dedicaran sus beneficios (estos no tienen porque desaparecer) a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, la creación de nuevas empresas y de nuevo empleo.
    • El aumento de los trabajadores que acceden al capital y al poder de decisión en las empresas, a través del incremento de los socios capitalistas de las mismas, así como del aumento de las empresas cooperativas en las que todos los trabajadores son a la vez empresarios. 
    • La desaparición de las compras de empresas por otras y la sustitución de la competencia, la búsqueda del mayor tamaño (y más tarde de los privilegios de los oligopolios) y el productivismo, por la cooperación entre empresas en la búsqueda de sinergias productivas y mejoras en las condiciones de vida de trabajadores y consumidores de las empresas cooperantes.
    • Una progresiva reducción del tiempo de trabajo (30 horas semanales y una año sabático de cada diez con sueldo completo) para reenfocar el binomio producción-vida y para repartir entre todos el trabajo necesario para satisfacer las necesidades humanas de forma que se garantice la dignidad humana de forma general.
    • El cambio radical en la política de incentivos del Estado, de forma que, al favorecer a las empresas de la EBC, estas vayan creciendo en número y las empresas al uso desapareciendo.
    • La desfinanciarización de la economía (gestionada para satisfacer necesidades humanas y no beneficios financieros muy elevados de solo unos pocos) y al desmercantilización de las finanzas (banca ética).
    • Una nueva concepción de los servicios públicos que no son propiedad del aparato administrativo-burocrático, sino de la ciudadanía. Lo cual solo se puede garantizar con una ciudadanía muy activa que participe de forma efectiva en la gestión diaria de dichos bienes comunales estratégicos (combinando gestión ciudadana directa-asamblearia con gestión ciudadana indirecta-representativa). No me ha quedado claro si esto excluye o no la cogestión con el aparato burocrático ahora existente.
    • Una nueva democracia con una ciudadanía activa que no solo vota partidos que eligen gobierno que hacen leyes, sino que también cesa gobiernos (moción de censura ciudadana y no solo parlamentaria), deroga leyes además de proponerlas (iniciativa legislativa popular para proponer/derogar leyes de forma refrendaria por encima del poder del parlamento) y modifica la Constitución (estatal o europea) pues por encima del poder del pueblo soberano no debe haber nada (y mucho menos una maraña de lobbies mercantiles que controlan fuertemente los partidos políticos con alguna opción de gobierno). 
    • Una nueva educación, centrada en las necesidades de personas, comunidades y medio ambiente, en consonancia con todo lo defendido en su conjunto por la EBC.
    • Y un nuevo tipo de liderazgo, que no tiene porque se individual o personalista, y que atiende sobre todo a la empatía y al sensibilidad.

    A mi todo esto me ha interesado mucho. En primer lugar, como ser humano. También como abogado-economista. De la misma manera, como ex político y ex gestor público. Y dada mi actual condición de empresarios me ha supuesto hacerme no pocas preguntas sobre mi empresa, Urbania ZH Gestión, y el contexto cooperativo en el que está insertado, la Red Zahoz. Sin saberlo, somos una empresa y una red bastante alineada con los principios de la EBC. Lo cual demuestra que éste es un movimiento que parte de las ganas tremendas que mucha gente tenemos de hacer las cosas en materia laboral, profesional y mercantil de una manera diferente a la única que propugna el capitalismo neoliberal desregulado y financiero: matar para no morir.

    Aunque pueda parecer paradójico no creo el capitalismo vaya a ser el principal enemigo de la EBC. Más bien creo que los principales desafíos vendrán del "fuego amigo" de socialistas, ecologistas, decrecionistas, feministas y otros movimientos emancipatorios que en estos momentos forman parte o del status quo o del imaginario colectivo utópico al uso. A modo de mero enunciado (e ignorando a priori la respuesta), ¿están PSOE, IU, ICV, ERC, Bildu, BNG, Anova, Chunta, Compromís, Geroa Bai, etc preparados para la EBC? ¿Y los sindicatos de clase? ¿Y las Administraciones públicas? ¿Y el propio movimiento cooperativo al uso? Espero equivocarme, pero como otras veces, puede que el capitalismo neoliberal desregulado y financiero decida que la mejor manera de impedir el crecimiento de la EBC (y afines) es dejar que las variadas izquierdas debatan sobre ello.

    Quizás por ello, a mi me parece que puede ser una buena cosa construir EBC, pero sin decirlo. No se trata de ocultarlo. Pero, por poner un par de ejemplos, creo que es más importante que la propiedad de una empresa vaya poco a poco integrando a los trabajadores en ella o que se extienda la práctica de no repartir dividendos y reinvertir en la propia empresa que conseguir la certificación en EBC de una empresa para poder ponerlo en la papeles, sobres, tarjetas y webs corporativas.

    Cierro con una idea que he comentado muchas veces con gente con la que trabajo o con la que me gustaría trabajar: nos iría a todos (salvo una parte minúscula de la población) mucho mejor si nuestra economía se compusiera de tres tercios. A saber: uno estatal (aunque reformando lo público para mejorar su gestión y garantizar su supervivencia), otro mercantil con ánimo de lucro (aunque con severos controles regulatorios en relación a comportamientos empresariales que se han revelado como letales para la población y el medio ambiente) y el tercio final mercantil sin ánimo de lucro (en la línea de la EBC-MCC, de cosas ya comentadas en este blog -proveedores de las administraciones con ánimo de lucro tasado y cooperativización profesionalizada de servicios públicos- o de terceras iniciativas muy en línea de las dos anteriores, como puede ser Ner Group).

    Tengo la sensación de que volveré a leer y consultar este libro varias veces. Y creo que muchos en nuestras empresas también vamos a hacerlo. Ojalá seamos legión. Aunque, eso si, va a hacer falta algo más que buenismo para una transición a la EBC.

     

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