En memoria de Miguel Angel Domingo, Amaia Egaña y las víctimas anónimas.
Es evidente que desde la ultima vez que escribí en este blog sobre este tema (marzo del 2012) la cosa ha empeorado mucho, mucho, mucho. Tanto que el establishment político español (Rajoy, Mas, Rubalcaba, etc), siempre exquisitos con los intereses (cortoplacistas y autoreferenciales) de la gran banca ladrillera se está teniendo que poner las pilas. O, al menos, hacer como que se las ponen.
Muchos son los gestos que se hacen en público: rechinar de dientes, rasgado de vestiduras, caras compungidas y mechones de pelo estirados al máximo. Parte de todo esto es expresión de verdadero dolor. Pero los políticos de peso de este país, hacen como que empatizan con el sufrimiento, pero tratan este tema como un expediente administrativo menor. Por su parte, la prensa hace correr terabits de titulares et rien plus, pues the show must go on. Y quizñas la mayoría silenciosa puede que deje de serlo, a pesar de su inmensa pasividad (me incluyo), dada la actitud de liderazgo cívico que están adoptando varios colectivos que nunca recibirán el Premio Príncipe de Asturias (me alegraría tener que comerme mis palabras en el futuro): los activistas de las Plataformas de Afectados por la Hipoteca, algunos partidos minoritarios (muy especialmente IU que en este tema ha sido muy beligerante desde hace años), cientos de jueces y fiscales españoles y algunos jueces europeos dedicados a la protección de los derechos fundamentales.
Resumiré mi postura sobre este tema, varias veces manifestada en este blog, desde hace ya más de seis años.
El siguiente conjunto de factores nos has llevado a donde estamos:
- El capitalismo financiero desregulado de Reagan, Thatcher y cia (pero también de los Giddens y cia) sentó las bases de un mercado financiero interesado solo por los rendimientos exponencialmente crecientes a corto o muy corto plazo, que ha sido letal para la economía real y productiva (no confundir con todos los financieros y banqueros)
- La vivienda (la promoción como unidad comercializable) se conviertió en una inversión financiera más que pierde su valor de uso casi secular y solo tiene un valor de cambio financiero a muy corto plazo -vivienda "comodificada"- (no confundir con los buenos empresarios de la buena vivienda)
- El urbanismo (el barrio y la ciudad) ha sido canibalizado por los especuladores financieros, los arquitectos estrellas y los políticos disfuncionales (no confundir con los buenos políticos, financieros o arquitectos).
- A España llegaron abundantes capitales financieros especulativos (fundamentalmente alemanes y franceses, dos países con una evidente responsabilidad en la situación en la que nos encontramos, aunque siempre por detrás de nosotros mismos) atraídos por un urbanismo de facto desregulado (a pesar del teórico aplastante ordenamiento jurídico urbanístico-inmobiliario), una fiscalidad incendiaria (favorable a la nueva vivienda libre en compra e hipotecada que desprecia el alquiler, la rehabilitación o la vivienda protegida) y unas políticas públicas de vivienda famélicas y extraviadas.
- Hemos construído una quinta parte de las viviendas existentes en España hoy en menos de una década y hemos consumido en 15 años el mismo suelo que en los 12.000 anteriores.
- Disponemos hoy de 25.5 millones de viviendas, de las cuales entre 3 y 6 están vacías, de las cuales entre 1 y 2 millones son viviendas nuevas vacías.
- El sector inmobiliario quebró contra el financiero (en este caso si que ha habido dación en pago); a su vez el sector financiero ha quebrado contra el Estado (que ha incrementando en casi un 300% su endeudamiento para parar las dos sangrías ocasionadas por el complejo financiero-inmobiliario: los bancos y cajas zombis y el crecimiento del paro); y ambos, sector financiero y establishment político, hasta la fecha, han pasado de los damnificados más débiles: los 6 millones de parados y el medio millón de familias desahuciadas que tendremos en unos pocos meses. En realidad no han pasado, pues para los parados lo que se prescribe es una reducción de la prestación de desempleo (ya se sabe que lo que más "incentiva" a trabajar es el hambre) y para los próximos al desahucio lo que se receta es una aceleración de los desahucios (que eso y no otra cosa es lo que han hecho el PSOE y el PP en los últimos años con los juicios ultraexpress en material de alquiler y el atropello en las en las ejecuciones hipotecarias mecaniscistas e imparables).
- Por resumirlo en una sola línea, cuando se incumple un contrato (propietario o inquilino desahuciado) el mercado y el Estado aplican el guante de hierro, pero cuando se incumplen millones de contratos (bancos y cajas quebrados por sus especulativas inversiones) se usa el guante de seda; como siempre se ha dicho, quien mata a uno es un asesino, pero quien mata a millones es un héroe de guerra.
A mi juicio, para desastivar la actual situación y evitar que la misma se vuelva a producir en el futuro hay que actuar sobre estos factores:
- Limitar legalmente el volumen de crédito ligado a lo inmobiliario (sobre todo a la mala vivienda y al mal urbanismo) que el sistema financiero puede tener en sus balances. Durante muchos años hemos tenido (ahora también) un 60% del crédito que tendría que dedicarse a la economía productiva invertido en suelos, ladrillo y cemento. Esta es una locura que no podemos seguir permitiéndonos (ni económica, ni medioambiental, ni socialmente). Hay que evitar el riesgo sistémico.
- Limitar legalmente el volumen del crédito hipotecario que las familias pueden asumir. Esta medida no dejará fuera del mercado de la vivienda a amplias capas de la sociedad, sino que hará que bajen los precios de buena parte de las viviendas, pues el precio sigue a la capacidad de pago. Al riesgo sistémico se llega a través de millones de riesgos particulares que tampoco podemos permitirnos.
- Modificar la fiscalidad de forma severa y favorecer la rehabilitación de viviendas y edificios, la regeneración de barrios, el alquler y la vivienda protegida, pública o asequible.
- Modificar nuestra normativa urbanística que, por decirlo lisa y llanamente, de facto es productivista, inflacionista, especulativa y favorecedora de la corrupción.
- Impulsar verdaderas políticas públicas de vivienda que tengan por objetivo que el precio de la vivienda sea asequible. Aunque parezca increíble, las autoridades españolas, desde que yo tengo uso de razón, han trabajado para que los precios de la vivienda sean altos en ciclo expansivo y no bajen en las épocas de crisis. Es también necesario que nuestras autoridades trabajen por la creación de un parque público de alquiler asequible que sería, además de lo evidente, una oportunidad en términos de mercado, actividad económica, empleo y servicio público que en España siempre rechazamos. Finalmente necesitamos unas políticas públicas de verdadera e integral regeneración urbana y ecológica, lo que, además de vivienda asequible, podría suponer una oportunidad industrial y de empleo para ciertas partes de España.
- Cambiar la actual legislación hipotecaria de forma que lo que los anglosajones llaman "fresh start" (el derecho a una segunda oportunidad) se de también en materia de vivienda hipotecada en España.
- Pero no podemos contantarnos con que a futuro no volvamos a ver los dramas que en estos momentos estamos viendo (fórmulas similares a la dación en pago a futuro).
- Es necesario atender ya la situación del casi medio millón de familias que ya han sido pasto de las llamas.
- Y ello solo se puede solucionar con una acción concertada del estado y el sector financiero (en estos momentos dependeniente de la ayuda pública española y europea), creando un parque de viviendas de emergencia para atender en alquiler este tipo de situaciones (pasadas, presentes y futuras), con independencia de la forma de reestructurar la deuda hipotecaria fallida.
- Exigir una tutela estatal efectiva del derecho a la vivienda que, siendo derecho constitucional pleno, es tratado por nuestras autoridades como pura literatura pia.
Por las noticias que se tienen a día de hoy, parece que esto no va a ocurrir. Una vez más (paño caliente Zapatero-Elena Salgado y paño caliente Rajoy-De Guindos), parece que se va a poner otro paño caliente (paño caliente Rajoy-Rubalcaba), cortoplacista al asunto.
El asunto no es humanitario (aplazar desahucios en los casos más graves durante algunos meses -cosa que es muy necesaria, pero no suficiente-), sino político, profundamente político. A saber: unos financieros avariciosos, malos profesionales y soberbios (españoles, pero también franceses y alemanes) se han puesto las botas ganando dinero con la drepredación del suelo y las ciudades españolas. Cuando su burbuja ha explotado el Estado español y la UE hemos acudido en a su rescate. Mi apuesta es que acabaremos gastándonos más del 20% del PIB anual de España en fondos públicos para cubrir las pérdidas inmobiliarias del sistema financiero español -entre 200.000 y 250.000 millones de euros-. Como consecuencia de lo anterior estamos destrozando nuestro estado del bienestar y nuestro sector público y ellos, a cambio, no hacen más que desahuciar a las familias deudoras, que no son sino el eslabón más débil de esta cadena. Los políticos main stream (tipo Zapatero, Rajoy, Mas, Rato o Robalcaba), hasta la fecha, se han limitado a ser sumisos con la banca (vg. el SAREB, aka banco malo, socializador de pérdidas e inhibidor de nuevos y sanos negocios/servicios públicos urbanos) y a mirar para otro lado con los desahucios.
Espero equivocarme, pero con el paño caliente de un mero aplazamiento de los desahucios no vamos a ningún sitio. Una emergencia social se ataja con medidas de emergencia social de calado. Y un problema estructural solo se puede atender con reformas estructurales. Y en este tema, hasta la fecha, de las unas casi nada y de las otras nada de nada. Solo titulares, planes de acción fallidos y mucho cálculo electoral.
Frente a esta España oficial (los que nos han traído hasta aquí) bueno será que tengamos fe en los nuevos héroes de la Constitución (Ada Colau de la PAH, en la foto de arriba, y Juan Luis Ibarra, juez vasco en la foto de abajo, son unos de ellos) que viven entre nosotros: activistas y jueces, que están alzando su voz para decir "basta ya". Personas a las que el establishment les ha llamado "irrealistas", a pesar de que eran los más "realistas" de entre nosotros.
Acabo estas notas con una confesión personal. Como jurista, hombre, empresario, "experto" en vivienda, cristiano y persona de izquierdas me avergüenza profundamente de que la causa de los desahucios haya sido defendida casi en exclusiva por activistas sociales y gente de barrio, en su mayor parte mujeres y madres. ¿Donde estaban, por ejemplo, los partidos políticos, los sindicatos, los medios de comunicación, el Defensor del Pueblo o la Fiscalía General del Estado? Y lo que, es más importante en estos momentos, ¿donde van a estar en las próximas semanas y meses? Si partidos, sindicatos e instituciones no responden a esta crisis con medidas solventes (a corto plazo, pero también estructurales) a la gente solo le va a quedar como salida la desobediencia civil (¿fiscal?), el populismo y/o la violencia. ¿Es esto lo que queremos? ¿Tan imposible es molestar algo a los banqueros que nos han traído hasta aquí con tano beneficio para ellos y tanto dolor para nosotros?
PD: ¿porque todo el mundo habla de los sobrehipotecados que son desahuciados, pero casi nadie habla de los inquilinos pobres que son desahuciados? ¿Mala conciencia o simple darwinismo social?
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