El nuevo Ministro de Vivienda (y de muchas más cosas), el Sr. Solbes, creo que estuvo torero la semana pasada en el Congreso de los Diputados. Siempre acaba decepcionándome el Sr. Solbes (es de los de amagar y no dar, por la izquierda se entiende). Pero eso no hace que yo deje de reconocer que la semana pasada estuvo bien en el Congreso en relación a la crisis del sector inmobiliario.

En relación a la citada crisis de la vivienda dijo varias cosas que yo al menos no le había oído hasta la fecha:

• el sector inmobiliario tiene ingentes recursos para capear la actual crisis, dado que en los últimos años ha acumulado inmensas ganancias (el Ministro fue más sibilino y habló de un sector con ciertas disponibilidades económicas venidas de los últimos ejercicios)
• el Ministro se niega a impedir artificialmente el ajuste del sector
• y descarta ayudas artificiales al sector (se entiende que el Ministro descarta ayudas adicionales a las ya aprobadas hace unos cuantos consejos de ministros)

En línea con estas afirmaciones, algunos medios de comunicación editorializan con expresiones como  "un ajuste sano y necesario" o "enfriar la vivienda". Parece ser que a cierta prensa ya le empieza a parecer negativa la dependencia de la economía española del ladrillo y que abogan por la diversificación y por sectores de mayor valor añadido, menos especulativos y de menor impacto medioambiental.

A los promotores (o por lo menos a los asociados en la APCE) este posicionamiento del Gobierno no les ha gustado nada y, a través de su portavoz Guillermo Chicote, se han despachado de forma poco elegante hablando de un Solbes frívolo que lanza discursitos y que pretende curar pulmonías con caramelos para la tos.

Por cierto, para nota las declaraciones de ayer mismo del Sr. Chicote: el problema no es que la vivienda esté cara o barata. Pues si eso no es un problema social de primera magnitud, no se que es un problema. Uno no puede estar tan cegado por la cuenta de pérdidas y ganancias del sector (antaño ganancias siderales, hoy pérdidas modestas, cuando las hay), como para no darse cuenta de que hay cosas que se pueden pensar, pero no decir en público. Si este caballero lleva las Relaciones Públicas del sector, no quiero saber como serán los menos hábiles en términos comunicacionales. Manca finezza.

Por su parte, la Ministra de Vivienda (la teórica Ministra del ramo) se sumó a la posición de Solbes y apuesta también por cerrar las puertas a las ayudas públicas al sector. La cosa no es menor, pues en el pasado el Ministro Solbes y la teórica Ministra de Vivienda no siempre han estado de acuerdo e incluso han mostrado disparidades en público.

A esto hay que añadirle que la más o menos Ministra de Vivienda ha hablado de un gran Pacto por la Vivienda (¿donde he oído yo esto?) basado en producir mucha vivienda protegida, promocionar el alquiler y rehabilitar el parque de vivienda ya existente.

De todo lo anterior a mi me queda la sensación de que la música parece sonar bien. De que el PSOE puede saber que es lo que hay que hacer en la actual coyuntura con la vivienda. De que quizás no perdamos totalmente la legislatura.

Aunque con el PSOE en materia de vivienda ya hemos aprendido, por las anteriores legislaturas, que una cosa es lo que dicen y otra lo que hacen.

Pero en principio, y aunque sea solo como consuelo menor, parece que el PSOE se ha dado cuenta de que acudir al socorro de los promotores de vivienda con el presupuesto público no es una idea muy popular en estos momentos.

Algo es algo.

PD: dicho todo lo anterior, reitero mi distancia en relación a las políticas de vivienda del PSOE; para que una política de vivienda sea verdaderamente de izquierdas yo entiendo que tiene que bascular sobre la limitación del crédito hipotecario, las ayudas fiscales al alquiler y no a la compra, las reservas de suelo para vivienda protegida, la vivienda protegida -pero protegida de verdad, calificada de por vida, adjudicada limpiamente, controlado su uso y transmisiones, etc-, el alquiler social, la movilización de vivienda vacía, la rehabilitación, la generación de espacio público tanto en suelo urbanizable como en el mucho más difícil suelo urbano, la regeneración urbana, la participación ciudadana, evitar el mobbing o acoso inmobiliario, la creación de ciudades social y urbanísticamente equilibradas y sanas, la industrialización del sector, la seguridad laboral, el I+D+i o la atención a los colectivos con mayor necesidad de vivienda. Y muchas de estas cosas al PSOE o no le suenan, o hablan de ellas pero no hacen nada o directamente las rechazan.

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