Recientemente Nicolas Sarkozy, presidente de la Quinta República Francesa (no, no es una rock and roll star, es un presidente de un estado occidental) ha ponderado las virtudes de la religión y la necesidad de introducirla en la vida del estado.
Concretamente el premier francés ha dicho:
- "En la transmisión de los valores y en el aprendizaje de la diferencia entre el bien y el mal, el instructor (se entiende que hablamos de la escuela pública y laica francesa) no podrá nunca reemplazar al sacerdote o al pastor, incluso si es importante que se aproxime, porque siempre le faltará la radicalidad del sacrificio de su vida y el carisma de un compromiso basado en la esperanza".
- "Un hombre que cree es un hombre que espera. Y el interés de la República es que haya muchos hombres y mujeres que esperen. La desafección progresiva de las parroquias rurales, el desierto espiritual de las barriadas (...), la penuria de sacerdotes, no ha hecho más felices a los franceses".
- "una laicidad positiva que no considere que las religiones son un peligro, sino una baza".
Estas palabras tienen su importancia, pues Francia es, quizás, el más laico de todos los estados occidentales y aquel en el que la escuela pública más presume de su laicidad.
Dicen los más sagaces que Sarkozy ha entendido que en estos tiempos de globalización la gente ya no confía en las fuerzas del progreso y que la esperanza ya no se va a encontrar ni en el mercado ni en el estado ni en el progreso social y económico. Son la patria y la religión las que van a ejercer un cierto papel de cemento o argamasa social. No creo que Sarkozy se haya aprestado a decir semenjantes frases sin algo de reflexión propia y ajena. Así que puede ser que el Presidente francés considere que la patria francesa (multicultural por narices en la Francia actual) y la religión (más bien, las religiones, pues en Francia varios son los credos con importante presencia) son los nuevos motores axiológicos y teleológicos de la Francia del XXI.
A mi que el Sr. Sarkozy quiera volver a los tiempos anteriores a Bodino, Maquiavelo y Hobbes (es decir, los tiempos en los que poder terrenal y poder divino estaban mezclados) me la trae al pairo. Francia no le va a seguir, es demasiado republicana para eso. Pero lo que si me parece peligroso es que se introduzca un clima político e intelectual favorable para que las religiones metan sus narices en los asuntos de estado (principalmente la educación, ciertos temas sanitarios vinculados a la bioética y la justicia) y además exija todo tipo de financiaciones públicas de sus actividades.
Soy cristiano y jurista de formación. Defiendo el derecho de todas las personas a profesar la fe que consideren oportuna. Pero considero que el estado, más allá de garantizar la libertad de culto, nada tiene que ver con la religión. Las iglesias, dentro del marco de libertad que el estado garantiza, deben desarrollar sus actividades financiándose por sus propios medios (las aportaciones de sus fieles) y no pueden utilizar los medios del estado (especialmente la escuela pública) para promover sus ideas. Tampoco pueden entender que la libertad de culto implica que quien no crea o crea en otra cosa es un fundamentalista que está violando su libertad religiosa. Todos tenemos libertad para pensar, profesar fes y rezar. Pero las libertades de unos no pueden imponerse como las oficiales del estado. No al menos en nuestra Constitución del 1978.
Os pongo dos ejemplos de esta semana de porque me parece mal mezclar religión y estado.
- se ha anunciado que las mujeres saudies podrán ir a hoteles sin la compañía de un varon que se haga cargo de ellas; la noticia se ha presentado como un avance de la medieval y teocrática dictadura petrolera saudí; a mi me parece como para llorar, pues las mujeres saudíes siguen sin poder abrir una cuenta, salir al extranjero, estudiar, trabajar ... sin la autorización de un varón (que puede ser, incluso, su hijo).
- acaban de condenar a muerte a un periodista afgano, Sayed Perwiz Kambajsh (el caballero de la foto), por blasfemo.
No apunto todas estas cosas desde el etnocentrismo. Este tipo de burradas que hoy se hacen en ciertos países del mundo musulman (no en todo el mundo musulman), las hacíamos hace dos días también nosotros en el occidente cristiano (hoy racionalista y más o menos democrático, pero antaño también teocrático y liberticida).
A lo que voy es que el estado y la iglesia deben ir por caminos seprados. En caso contrario, caminamos hacia la arbitrariedad (estaremos en manos de la moral de otros y no del derecho del estado), el ataque a la democracia (las iglesias no se llevan muy bien con la democracia, como es evidnete), el cercenamiento de la libertad (el librepensamiento, base de la libertad, tampoco es otro de los fuertes de las iglesias), el fin del dinamismo social (la teocracia suele acompañarse a la prohibición de hacer lo que hacen otros y llama, sin duda, a la estática, a la tradición, más que al cambio) y la vuelta a las fronteras mentales, fisicas y políticas (ellos y nosotros ...).
Por lo tanto, lo dicho por Sarkozy me preocupa. No creo que sea una boutade que se la ha ocurrido después de ver las piramides cairotas con su amada. Creo que lo ha pensado y lo va a defender. Por eso me preocupa.
El laicismo está siendo atacado. Y yo creo que no podemos transigir.
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Ayer vi en la CNN a
Por cierto, uno de los argumentos de los republicanos para apoyar la "guerra contra el terror" (su estrategia en política exterior) es que las democracias aconfesionales estamos luchando contra estados teocráticos regidos por fanáticos religiosos. Pues parece que los extremos se tocan ¿no?.
Norberto Bobbio (
Dice el profesor Sosa Wagner (catadrático de la 
Una de las polémicas públicas que más me han interesado últimamente ha sido la que se ha suscitado entorno a la
Creo que la lectura de estos preceptos constitucionales es suficientemente clara como para que no sea necesario hacer demasiadas aclaraciones. El Estado español no tiene religión oficial, ergo estamos en un estado aconfesional o
Quisiera dejar constancia que este es una batalla en la que la democracia española se juega mucho. No podemos transigir. La asignatura Eduación para la Ciudadanía debe impartirse en los colegios públicos y privados españoles o nuestra democracia estará dañada de muerte o al menos afectada de gangrena.
Dado el pollo que se ha montado con la consulta del Lehendakari Ibarretxe en la política
Como veis la Constitución considera que es necesario que los ciudadanos participemos directamente en decisiones de especial trascendencia política a través de la consulta directa.
A mi el debate identitario me cansa hasta extremos insospechados. Pero que me canse, que no lo considere prioritario, que me parezca que hay cosas más urgentes que atender, no quiere decir que el tema deba ser evitado.
Creo que el gran error del nacionalismo español es no entrar a este trapo y acabar de una vez por todas con esta querella histórica. ¿Porque no se hacen un viaje a
Dicho lo anterior, creo que también al nacionalismo vasco hay que ponerle condiciones de cara la referéndum o referéndums. Si lo pierden que acepten su resultado y digan bien alto que Euskadi ha decidido democráticamente ser parte de España. Y si lo ganan y se abre camino a la independencia será necesario, como ocurrió en Canada con la Ley sobre la Claridad, dejar bien claro cuanto dinero tiene que pagar Euskadi al resto de España por las inversiones realizadas históricamente aqui, la parte del desarrollo que Euskadi debe al resto de España, la forma de respeto a las minorías, la manera de reconocer las dobles nacionalidades, la no inclusión de Euskadi en la UE hasta que la UE la acepte, etc. Vamos que lo de la independencia es precioso cuando se amenaza con ello para sacar ventaja política y económica dentro del Estado que, en verdad, no se quiere abandonar. Pero es algo más serio cuando se va a ejercer de verdad. En Canadá el debate sobre estos temas concretos hizo que personas que simpatizaban con la independencia hayan acabado siendo firmes votantes contrarios a la mismas.
Con todo este rollo, que aqui paro, solo quería decir varias cosas sencillas: