Leo en Expansión del pasado día 20, que el Presidente de la Patronal Catalana e inminente Vicepresidente de la Española, Enric Reyna considera que "el Estado debe ayudar a las personas que no pueden pagar su vivienda". Como si ellos produjesen una mercancia de compra oblogatoria al precio que ellos fijen.

También leo en elEconomista.es de hace unas semanas que "la patronal bancaria considera que los precios de las viviendas son demasiado altos". Como si ellos no tuvieran nada que ver con los precios que han tenido y tienen hoy las viviendas.

He dejado reposar el tema, para escribir sin que se me saliese la bilis por la boca. Creo que ahora puedo hacerlo.

La vivienda libre subió sideral y especulativamente de precio en España desde el año 1997 hasta hace tres días por la conjunción de beneficios fiscales a la compra, una política hipotecaria suicida (pactada por promotores y sistema financiero y tolerada, cuando no alentada, por el estado), unos clientes poco reflexivos (o que ilusamente pensaban que iban a forrarse) y la baja actividad de la Administración en vivienda protegida.

Los resultados son claros:

• los ciudadanos hiperhipotecados van a pasarlo muy mal para pagar sus hipotecas, muchos perderán su vivienda y casi todos son hoy menos libres, tienen menos renta disponible y no son más ricos que antaño
• los propietarios de suelo y promotores inmobiliarios han ganado dinero para pasar la actual recesión y las tres siguientes gracias a unos precios artificialmente altos de la vivienda libre (es muy difícil hacerse a la idea de su nivel de riqueza súbita)
• los bancos y cajas han hecho un negocio magnífico, aunque ahora se vean con algunas hipotecas de dudoso cobro y alguna vivienda ejecutada en sus balances (para lo que han ganado en estos últimos 12 años una menudez).

Bueno, pues después de todo esto, los dos mayores responsables de esta espiral especulativa dicen que la vivienda esta muy cara y que como está muy cara (y ellos se forran) el estado tiene que ayudar al ciudadano a pagarla (y garantizar sus pingues beneficios).

¡ Viva el libre mercado !

¡ Que cara mas dura ! Caras auténticamente de ladrillo.

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