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AHORRO, EFICIENCIA ENERGÉTICA, EERR, EDIFICIOS Y VIVIENDAS: ¿TIEMPO DE CAMBIOS IRREVERSIBLES?

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En las últimas semanas se han sucedido una serie de proyectos o novedades normativas que entiendo apuntan hacia un intento de cambio de paradigma en materia de efificación, vivienda, ahorro y eficiencia energética.

Es conocido que nuestro modelo de vida (economía y sociedad) es poco eficiente desde el punto de vista energético por muchas razones (podríamos usar menos y mejor energía para el mismo o más rendimiento en utilidades disfrutables por los humanos, todo ello con menos o cero emisiones contaminantes y otros impactos sobre el medio) y muchas de ellas tienen que ver con los edificios y las viviendas (junto con los transportes, los principales reponsables de nuestra falta de eficiencia energética). Diversas fuentes apuntan a que edificios y viviendas son responsables de una parte sustancial de nuestro consumo energético y emisiones. La UE estima que el 40% del consumo energético europeo es debido a edificios y viviendas. Es pues evidente la conexión entre el mundo de la construcción/rehabilitación y la eficiencia energética (algo de lo que depende no solo nuestro bienestar, sino el destino de la especie humana y del planeta).

Pues bien, en las ultimas semanas en España he sabido de (puede que haya más iniciativas en marcha que yo no conozca) de varias novedades normativas, espoleadas todas ellas por la Directiva 2010/31/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de mayo de 2010 relativa a la eficiencia energética de los edificios (refundida). :

De una u otra forma todas estas normas apuntan a la incorporación de una serie de estándares constructivos/rehabilitadores en materia de eficiencia energética (reducir emisiones y aumentar la autonomía energética de los edifcios y las viviendas) superiores a los ya vigentes en el Código Técnico de la Edificación.

Es frecuente en estos textos que se hable en una primera fase de fomento público del cambio en los edificios y viviendas privadas y obligaciones para las viviendas y edifcios públicos (actitud ejemplarizante y tractora del sectro público). Pero a nadie se le oculta que la obligatoriedad irá llegando a todo tipo de vivienda y edificio nuevo o rehabilitado. De hecho, muchas de estas normas contemplan los edificios y viviendas con emisiones cero para una fecha relativamente próxima. Por todo ello, las certificaciones energéticas en edificios y viviendas, hasta la fecha laxas (facilmente superables) o voluntarias (para obtener mayor prestigio comercial) van a tornarse obligatorias legalmente y excluyentes del mercado para quienes no las cumplan.

Es evidente que, en un momento de crisis económica y financiera que tiene en la construcción su epicentro en España, se van a alzar voces contra estas medidas que según muchos pueden encarecer los costes de construcción/rehabilitación. Habrá que tenerlas en cuenta e integrar sus preocupaciones en las futuras líneas de acción. Aunque yo no tengo tan claro que estas nuevas formas de hacer sean más caras per se. Son nuevas, eso es indudable. Pero está por ver si son neutras, positivas o negetivas en toda la cadena de valor y en cada uno de los eslabones de la misma.

Pero a mi se me antoja imparable esta deriva, ya no solo por motivos medioambientales (que tambien), sino por pura y mera competitividad económica. Las sociedades y mercados que antes y mejor hagan la transición a una economía baja o libre de carbono más competitivas serán y mejores niveles de vida podrán ofrecer a sus ciudadanías. Y como digo, la clave no está en el buenismo medioambientalista, sino en la finitez y precio creciente de las materias primas y la energía en los próximos años.

Esta por ver si en España/Euskadi optaremos por invertir en nuestro futuro colectivo o si solo seguiremos mirando a corto plazo por el beneficio particular de ciertos empresarios y profesionales del mundo de la vivienda tal y como lo hemos conocido hasta la fecha. Pero, de la misma manera que nadie o casi nadie pudo obviar los mandatos del higienismo en la construcción y urbanismo del principios del siglo XX. No parece posible que se desconozcan las exigencias de los green buildings and neigborhoods, towns, cities, urban areas ...

En los ambientes en los que yo me muevo (ciertos juristas, arquitectos, ingenieros, administraciones públicas y empresarios) dectecto interés por esta nueva senda. Pero muchos y poderosos son los que prefieren seguir exprimiendo hasta el último euro nuestro modus operandi pasado y aún presente. Aunque como este no es un tema de buenismo, sino de pura y dura competitividad, supongo que antes o despues iremos entrando todos por el aro. Y lo mismo que para los países que antes hagan la transición habrá premio, tambien lo tendrán las CCAA que antes muten al nuevo paradigma.

Se abre un nuevo tablero de juego y supongo que irán surgiendo nuevos jugadores/jugadas. Habrá luditas, sin duda. Pero el cambio es imparable. Así que, abran/abramos juego Señores/as ... 

  

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