El otro día hablando de lo humano y lo divino en Bilbao con una persona recién jubilada, de clase media-alta y un nivel formativo-profesional medio-alto me dijo lo siguiente: " a pesar de crisis, la vivienda no ha bajado de precio, así que quien tiene una vivienda tiene un tesoro, pues en no mucho tiempo las viviendas se volverán a vender a su precio 'normal' ".
La frase me parece que contiene muchas cosas, especialmente en un momento en el que responsables empresariales y gubernamentales se alegran en público de que las ventas de vivienda se "reactivan" y de que el precio de la vivienda "no puede bajar ya más".
Es claro que a pesar de la crisis-recesión, la bajada del PIB, el crecimiento astronómico del desempleo, la suspensión del suministro crediticio, el déficit privado y público, las dificultades de bancos y cajas de ahorros, los planes de rescate públicos de todo tipo de sectores productivos y financieros, la subida de la morosidad, los más de 2 millones de viviendas vacías sin vender o alquilar ... el precio de la vivienda casi no ha bajado en España desde el año 2008 hasta la fecha. Es cierto que el precio de la vivienda ya no crece al 10% y 15% anual de los años de vacas gordas, o que en algunos casos puede haber cierta oscilación a la baja. Pero nadie ve en la realidad, en la calle, en el día a día esos ventajosos y rebajados precios de las viviendas-chollo que solo existen en los titulares de los periódicos y en la publicidad de inmobiliarias, cajas y bancos. Ajuste por cantidad (menor producción de nueva vivienda) y rentención (de las ya producidas pero no vendidas o alquiladas a la espera de mejores tiempos) y no por precio (venta de las viviendas en stock a menores precios), como ha ocurrido por ejemplo en EE.UU, Irlanda o el Reino Unido.
Más allá de cuestiones técnicas y económicas (el sistema financiero español creo sus propias hipotecas subprimes y cuando se colapsó el sistema financiero internacional, aqui quebramos por partida doble), la frase de mi interlocutor evidencia que el común de los mortales en España considera que la vivienda es la mejor forma de acumular riqueza ... y la verdad es que puede que tenga razón.
En estos momentos en España el complejo propietarios de suelo-promotores-inmobiliarias-bancos-cajas (algo así como la versión española del complejo militar-industrial de los EE.UU) tiene más de 1 millón de viviendas nuevas sin vender o alquilar y las personas y familias tienen 1 millón de viviendas usadas también sin vender ni alquilar. Las AAPP no van a hacer nada serio para que esos más de 2 millones largos de viviendas afloren al mercado con precios de venta y alquiler sustancialmente más baratos. Es más, el Estado va a sostener artificialmente con dinero público al complejo propietarios de suelo-promotores-inmobiliarias-bancos-cajas para que no quiebren y el día de mañana, cuando escampe, puedan vender sus viviendas a lo que mi interlocutor llamaba "precios normales" (injustificadamente altos, con total desconexión respecto a la teoría de los costes empresariales y al margen del cruce entre la oferta y la demanda en los mercados-). Para poder sostener artificialmente al citado complejo el Estado va a tener que subir los impuestos, rebajar los servicios públicos, las pensiones, los salarios y el despido a la gente normal (de clase media para abajo), lo que de facto es una devaluación de las clases populares en toda regla. Pero todo sea por evitar que la vivienda baje ni un euro el metro cuadrado y con ello sufran ni un poco las posiciones económicas de los integrantes del referido complejo.
España ha pasado en menos de un siglo de país agrícola y rural a industrial y urbano, pero parece ser que algunas cosas en el imaginario colectivo no han cambiado tanto. Para el común de los mortales, quien tiene una vivienda tiene un tesoro. Para mucha gente los líderes sociales son los promotores, los financieros y ciertos políticos. Si fuéramos una sociedad verdaderamente moderna tendría un tesoro quien tuviera una idea, una patente, una cuota de mercado, un liderazgo, un proyecto, una empresa, un Premio Nobel ... pero aquí preferimos el ladrillo. Si fuésemos una sociedad verdaderamente moderna los líderes sociales serían los innovadores, los emprendedores, los científicos, ciertos empresarios y políticos ... pero aquí preferimos a los especuladores. Sin duda lo pagaremos. Pero es lo que hay. España es un país de pelotazos, con predilección por el ladrillo-pelotazo, en busca del nuevo pelotazo, aunque desearía que el siguiente pelotazo vuelva a ser el ladrillo-pelotazo.
PD: sería verdaderamente interesante que en la asignatura Educación para la Ciudadanía todos los escolares estudiaran los rudimentos del sistema financiero-económico y las matemáticas financieras. De ser así, otro gallo nos cantaría.
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