Hace unos días el PNV, por medio de su portavoz en las JJGG de Alava, reveló que representantes de EB Berdeak habían exigido a cambio de su apoyo a un gobierno foral jeltzale todo tipo de dádivas, beneficios, regalos y prebendas.
Estas graves acusaciones apuntan a la comisión de dos tipos de delitos. O hay todo tipo de negociaciones prohibidas a las autoridades públicas (parece ser que se solicitó colocaciones laborales disfrazadas de procesos de selección en el sector público y participado, subvenciones y créditos a cambio del voto en las JJGG alavesas) o hay calumnia por imputar falsamente esos delitos.
La disyuntiva ha durado solo unos días, casi horas, pues cargos de EB Berdeak han reconocido que tales negociaciones se produjeron (al margen de los procedimientos reglados del partido y sin conocimiento de la militancia ni de su Coordinador General), que las mismas son normales en la política vasca y que lo que no es normal es que las mismas trasciendan. Incluso ha empezado a haber dimisiones, aunque no parece que estén dimitiendo los que manejaron directamente estas negociaciones.
Bien, habida cuenta del recocimiento del delito por parte de los presuntos autores, es tiempo de que actué la Fiscalía y cite a declarar a los cargos de EB Berdeak y PNV involucrados en este sucio affaire. Quien haya cometido delitos, sea quien sea, debe ir a la cárcel y/o ser inhabilitado para la política. Incluso si los delitos solo han llegado al grado de tentativa, la sociedad vasca tiene derecho a conocer que se hace en su nombre cuando se negocian mayorías de gobierno. Y si no se produce ninguna investigación penal y el tema queda impune, el problema menor será la indigna y presuntamenete ilegal actuación de ciertos cargos de EB Berdeak o el PNV, dado que el problema central será el olor a mierda de la política vasca en general.
Dicho esto, y en mi condición de militante de EB Berdeak desde el año 1994 y ex cargo público del Gobierno Vasco quiero expresar mi inmensa pena, tristeza y abatimiento por ver como acaba un proyecto político de izquierdas, alternativo y transformador que en dos décadas ha hecho muchas cosas buenas por la sociedad vasca. Personalmente he trabajado mucho y creo que bien por mejorar la sociedad vasca y española desde EB Berdeak. Y por ello, la desolación es infinita. Pero a las cosas hay que llamarlas por su nombre: EB Berdeak ya no existe, hoy es una organización política extinta que sucumbió por errores políticos propios, los resultados electorales, las luchas intestinas y la pérdida del código ético de, al menos, una parte de su dirigencia. EB Berdeak creo que solo o fundamentalmente será recordada en el futuro por este ultimo brochazo de pura y dura (presunta) corrupción. No así el PNV que seguro que pasa por esto sin mayor mácula, aunque por declaraciones propias parece ser que la negociación presuntamente delictiva no fue cortada de raiz, sino solo una vez que la misma alcanzó cierto techo.
Es irrelevante que los presuntos corruptos de EB Berdeak ahora ensayen dimisiones selectivas, que los no corruptos (la mayoría) pidan ahora responsabilidades políticas a los primeros o que los militantes sanos y combativos (todavía los hay) quieran refundar la organización. El instrumento ya no sirve. La marca ha muerto (a manos de sus propios dirigentes). Valen sus valores socio-políticos y el compromiso de muchos de sus militantes. Pero ha llegado el momento de luchar por lo mismo desde otros lugares. Humildemente recomiendo a todas las personas maravillosas que quedan en EB Berdeak que hagan lo propio. Es tiempo de liquidar, partir y seguir luchando por lo mismo en otros sitios (como ya han hecho cientos de cualificados compañeros/as-amigos/as en los pasados años y meses).
Por mi parte, con infinita tristeza, en los próximos días procederé a darme de baja de EB Berdeak (creo que voy a tenerme que darme de baja dos veces en dos ventanillas diferentes, lo que ilustra el nivel de descomposición al que se ha llegado) e inicio un tiempo de idéntico compromiso político, pero al margen de estas u otras siglas.
La lacerante pena solo se ve parcialmente paliada por el momento de esplendor socio-político de la juventud (y no tan juventud) vasca y española que se ha enterado de que algo va muy mal, que se ha indignado y que está reaccionando. Espero poder contribuir humildemente a este soplo de aire fresco desde mi profesión de letrado, desde la academia y desde mi activismo social. Yo seré el mismo, aunque no lo niego, durante mucho tiempo la tristeza seguirá aguijoneando mi estómago y mi alma.